Faltando apenas dos semanas para las elecciones
del próximo día 20, la victoria de Danilo Medina y Margarita Cedeño de
Fernández encabezando la más formidable coalición política que recuerde
la historia democrática, se respira ya en toda la geografía nacional .
Todas las encuestas serias
realizadas coinciden en que Danilo Medina obtendrá una resonante
victoria en primera vuelta frente a la alicaída y moribunda candidatura
pepehachista, que se ha debatido en las últimas semanas entre los graves
graves errores de su díscolo candidato Hipólito Mejía.
He sostenido que no se trata sólo de la victoria de Danilo y Margarita; es mucho más que eso; lo que saldrá vencedor será la República Dominicana, su estabilidad política, social y económica y su institucionalidad la gran victoriosa. Porque es eso lo que está en juego, más allá de la victoria de una bandería política.
Danilo y Margarita se han constituido en los candidatos de la unidad nacional, de la cordura, de la prudencia, de la honestidad, de la estabilidad, de la decencia. Y es por ello que el pueblo dominicano se está volcando en su favor de forma masiva.
En contraste con ese binomio vencedor está un Hipólito Mejía agrediendo a la mujer dominicana. No bien había terminado de llamarle corrupta a las trabajadoras domésticas (quienes con tanto esmero y dedicación laboran en un trabajo digno para levantar a sus familias), cuando se involucró en una polémica con la esposa del Presidente del PRD, Angelita García de Vargas, a la que trató en tono descortés, e inmediatamente después volvió a agredir verbalmente en tono intimidatorio y amenazante a la Primera Dama de la República, doña Margarita Cedeño de Fernández, quien además de candidata vicepresidencial es, conforme a todas las encuestas, la mujer dominicana más admirada por esta sociedad.
Como bien dijo el Presidente de la República, Hipólito Mejía se ha dedicado no solo a agredir verbalmente con un lenguaje soez a las mujeres, sino a chocar con todas las instituciones. Así lo hizo con el Congreso Nacional, cuando fue a la Pucamaima (en el mismo escenario en que acusó a Agripino Núñez Collado de lavado y de tener una cuenta clandestina en Puerto Rico); allí dijo, además, que no necesitaba para nada ese poder del Estado; prosiguió con la Suprema Corte de Justicia, de la que dijo que estaba llena de pelafustanes y sinvergüenzas; lo amplió al día siguiente a todas las demás Altas Cortes del país y más recientemente, el jueves, contra las Fuerzas Armadas de la República y su ejemplar ministro el Tte. Gral. Joaquín Pérez Félix.
Siempre sostuve que apostaba a la inteligencia e intuición del país en este proceso electoral; en mis intervenciones de radio y televisión, no dudé ni un segundo en que las mayorías nacionales, no importa el disgusto pasajero que pudieran tener con determinadas circunstancias del actual gobierno del PLD, comprenderían dónde estaba el peligro; dónde estaba el precipicio; por dónde se conduciría al país al caos y al desorden.
Hoy, a apenas días de las elecciones, he visto con satisfacción cómo mi país se aleja del peligro que representa Hipólito Mejía y su fatídico PPH, cifrando sus esperanzas de estabilidad y progreso en un hombre serio y preparado como Danilo Medina, que no ha barajado una sola oportunidad para presentar propuestas positivas y serias; que ganó ampliamente el Debate de las Propuestas del Grupo de Comunicaciones Corripio y de Finjus; que aceptó con gusto el debate propuesto por ANJE y por CNN Internacional, en contraste con la huida explicable de su contendor.
El panorama, pues, del triunfo de Danilo y Margarita, que es el triunfo del país, está a la vuelta de la esquina, como popularmente se expresa el pueblo. Las mujeres, ofendidas por las truculencias de Hipólito, serán las primeras en levantarse para defender los valores más importantes de esta sociedad. Lo mismo harán sus esposos e hijos, en procura de un cambio seguro que llene de felicidad al pueblo dominicano.
Lo anterior lo saben Hipólito Mejía y el PPH. Es por ello que el denominado “grupo de la bata blanca” se inventaron el pasado jueves un discurso de emergencia del candidato, poniéndolo a leer (de forma desafortunada) en un teleprompter, tratando de decir que ‘donde dijo digo, dijo Diego’ en todos sus ataques a las mujeres y a la Tarjeta Solidaridad, a la que ha prometido suprimir por, según él, estar dedicada a los borrachos y pelafustanes peledeistas.
El desánimo y la debacle pepehachista están haciendo tantos estragos en esta última etapa de la campaña que, ni siquiera la firma contratada y pagada por Hipólito (del amigo Leonardo Aguilera), se atrevió la pasada semana a publicar resultados de encuestas nacionales hechas por encargo de su mandante, publicando en cambio una vieja sólo de la ciudad de Santiago, en la que le atribuyen a Hipólito un 51% en esa demarcación.
El triunfo del país se acerca y sólo queda exhortarle al pueblo dominicano ejercer de forma ejemplar, como siempre lo ha hecho, su derecho al voto, en paz y libre de todo contratiempo, lo que debe ser garantizado de forma efectiva por la JCE y nuestras gloriosas Fuerzas Armadas, al servicio de la Constitución, para “amarrar temprano” cualquier desorejado pepehachista que, al igual que el General Candelier, pretenda amedrentar con bravuconadas al pueblo dominicano.
He sostenido que no se trata sólo de la victoria de Danilo y Margarita; es mucho más que eso; lo que saldrá vencedor será la República Dominicana, su estabilidad política, social y económica y su institucionalidad la gran victoriosa. Porque es eso lo que está en juego, más allá de la victoria de una bandería política.
Danilo y Margarita se han constituido en los candidatos de la unidad nacional, de la cordura, de la prudencia, de la honestidad, de la estabilidad, de la decencia. Y es por ello que el pueblo dominicano se está volcando en su favor de forma masiva.
En contraste con ese binomio vencedor está un Hipólito Mejía agrediendo a la mujer dominicana. No bien había terminado de llamarle corrupta a las trabajadoras domésticas (quienes con tanto esmero y dedicación laboran en un trabajo digno para levantar a sus familias), cuando se involucró en una polémica con la esposa del Presidente del PRD, Angelita García de Vargas, a la que trató en tono descortés, e inmediatamente después volvió a agredir verbalmente en tono intimidatorio y amenazante a la Primera Dama de la República, doña Margarita Cedeño de Fernández, quien además de candidata vicepresidencial es, conforme a todas las encuestas, la mujer dominicana más admirada por esta sociedad.
Como bien dijo el Presidente de la República, Hipólito Mejía se ha dedicado no solo a agredir verbalmente con un lenguaje soez a las mujeres, sino a chocar con todas las instituciones. Así lo hizo con el Congreso Nacional, cuando fue a la Pucamaima (en el mismo escenario en que acusó a Agripino Núñez Collado de lavado y de tener una cuenta clandestina en Puerto Rico); allí dijo, además, que no necesitaba para nada ese poder del Estado; prosiguió con la Suprema Corte de Justicia, de la que dijo que estaba llena de pelafustanes y sinvergüenzas; lo amplió al día siguiente a todas las demás Altas Cortes del país y más recientemente, el jueves, contra las Fuerzas Armadas de la República y su ejemplar ministro el Tte. Gral. Joaquín Pérez Félix.
Siempre sostuve que apostaba a la inteligencia e intuición del país en este proceso electoral; en mis intervenciones de radio y televisión, no dudé ni un segundo en que las mayorías nacionales, no importa el disgusto pasajero que pudieran tener con determinadas circunstancias del actual gobierno del PLD, comprenderían dónde estaba el peligro; dónde estaba el precipicio; por dónde se conduciría al país al caos y al desorden.
Hoy, a apenas días de las elecciones, he visto con satisfacción cómo mi país se aleja del peligro que representa Hipólito Mejía y su fatídico PPH, cifrando sus esperanzas de estabilidad y progreso en un hombre serio y preparado como Danilo Medina, que no ha barajado una sola oportunidad para presentar propuestas positivas y serias; que ganó ampliamente el Debate de las Propuestas del Grupo de Comunicaciones Corripio y de Finjus; que aceptó con gusto el debate propuesto por ANJE y por CNN Internacional, en contraste con la huida explicable de su contendor.
El panorama, pues, del triunfo de Danilo y Margarita, que es el triunfo del país, está a la vuelta de la esquina, como popularmente se expresa el pueblo. Las mujeres, ofendidas por las truculencias de Hipólito, serán las primeras en levantarse para defender los valores más importantes de esta sociedad. Lo mismo harán sus esposos e hijos, en procura de un cambio seguro que llene de felicidad al pueblo dominicano.
Lo anterior lo saben Hipólito Mejía y el PPH. Es por ello que el denominado “grupo de la bata blanca” se inventaron el pasado jueves un discurso de emergencia del candidato, poniéndolo a leer (de forma desafortunada) en un teleprompter, tratando de decir que ‘donde dijo digo, dijo Diego’ en todos sus ataques a las mujeres y a la Tarjeta Solidaridad, a la que ha prometido suprimir por, según él, estar dedicada a los borrachos y pelafustanes peledeistas.
El desánimo y la debacle pepehachista están haciendo tantos estragos en esta última etapa de la campaña que, ni siquiera la firma contratada y pagada por Hipólito (del amigo Leonardo Aguilera), se atrevió la pasada semana a publicar resultados de encuestas nacionales hechas por encargo de su mandante, publicando en cambio una vieja sólo de la ciudad de Santiago, en la que le atribuyen a Hipólito un 51% en esa demarcación.
El triunfo del país se acerca y sólo queda exhortarle al pueblo dominicano ejercer de forma ejemplar, como siempre lo ha hecho, su derecho al voto, en paz y libre de todo contratiempo, lo que debe ser garantizado de forma efectiva por la JCE y nuestras gloriosas Fuerzas Armadas, al servicio de la Constitución, para “amarrar temprano” cualquier desorejado pepehachista que, al igual que el General Candelier, pretenda amedrentar con bravuconadas al pueblo dominicano.
http://www.listin.com.do/puntos-de-vista/2012/5/7/231525/El-triunfo-del-pais-se-acerca
1 comentario:
ASí MISMO, PERO HAY QUE SEGUIR ARRECIANDO CON EL ESPACIO PAGADO DEL RECUENTO EN DONDE EL LOCO DE HIPOLITO DICE TODAS LAS DIABLURAS, QUE ANTERIORMENTE LO PASARON, DEBERIAN HACERLO DE FIN DE SEMANA, PARA QUE NO SE QUEDE NADIE SIN VERLO, Y LOS QUE LO HEMOS VISTO, REIRNOS UN POCO, YA QUE ES UN PURO PAYAZO.
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