Por PEDRO MANUEL CASALS HIJO*
Luego de un largo tiempo sin escribir, en el cual he aprovechado para hacer un ejercicio muy intenso de observación y recopilación de información, he decidido adelantar mi regreso debido a que por lo visto, las circunstancias no pueden esperar más. Durante todo el 2010, desde el terremoto de Haití y las subsiguientes circunstancias de desorganización y tragedia, me mantuve advirtiendo de las peligrosas consecuencias que se desatarían a partir de ese trágico 12 de Febrero si el Estado dominicano no definía cuanto antes una política migratoria. Esto no quiere decir que el Estado debió cerrar sus puertas y tornar la espalda, sino que conjuntamente con toda la ayuda y solidaridad mostrada por nuestro pueblo, el Estado debió asumir una voluntad colectiva de acordar una necesaria política migratoria.
De no hacerlo, advertí en el articulo “La Unión Necesaria”, publicado en este mismo diario, que sería el pueblo con sus propias manos que se encargaría de definir una política migratoria, tal y como lo está haciendo. Llame la atención de que si el Gobierno no actuaba con la debida diligencia y precaución, la Republica Dominicana podría verse acusada internacionalmente, luego de que su pueblo decida actuar en última instancia, como reacción a la indiferencia de nuestros políticos a este catastrófico problema. Todavía hay quienes no lo creen catastrófico, pero quienes conocen la realidad social y económica de nuestro país, saben lo que significo.
En el diario Le Monde, de Francia la semana pasada, salió publicada una caricatura muy cómica, en la que reflejaban el problema de la inmigración gitana a Francia, y de cómo la presión internacional quería que Francia adoptara la problemática gitana como un tema de agenda nacional. En la caricatura se describe al presidente Sarkozy con la figura de un gran atleta cargando una carreta llena de gitanos, ahora para adaptarlo a nuestro país, imagínense que en vez de ser Sarkozy sea la Republica Dominicana y en vez de tener la figura de un gran atleta sea un minusválido a quien le falta una pierna, y en vez de ser una carreta llena de gitanos, que sea un jumbo bus lleno. En otras palabras, nosotros mismos como país y Estado no damos abasto para nuestros propios ciudadanos, somos un país pobre y mal desarrollado, con una política de corrupción como política oficial y una vergüenza de programas sociales donde se acostumbra desde temprano a nuestros jóvenes a pedir, con apenas 21,22,23 años tienen hasta dos y tres distintas tarjetas de solidaridad y metidos en 100 programas sociales que solo le acostumbran a vivir del “dao”.
Así no se puede ni con nosotros mismos, como entonces podemos seguir soportando la inmigración de más de 2 mil inmigrantes ilegales diarios, sin registro civil, sin identificación, sin record de ningún tipo, sin educación básica, sin educación sanitaria mínima. No es posible ni soportable, y está causando precisamente lo que advertí que pasaría si el gobierno continuaba con su política de “conveniente ignorancia” como expresa el artículo titulado “con Razón…” por este autor.
El pueblo se ha visto impotente al llevar a sus familiares a los hospitales y tener que esperar, y en algunos casos ver morir a sus parientes porque no hay médicos para atenderles, ya que todos están atendiendo inmigrantes ilegales. El presupuesto de Salud reflejo un gasto de más de RD$2,700 millones de pesos en nacionales haitianos, recursos que le corresponden al dominicano en su tierra.
Se han cansado los padres de cambiar de escuela o de tener que inscribir a sus hijos en escuelas muy lejos de sus hogares porque todas las de sus comunidades están llenas de inmigrantes ilegales, quienes la mayoría trabajan informalmente y no aportan al sistema tributario, en otras palabras no pagan la educación que reciben y se las subsidia el trabajador dominicano, quien frustrado por esta situación está tomando cartas en el asunto.
Ahora con el Cólera, y no solo el cólera, también la Malaria y no cualquier malaria, sino una cepa que ha demostrado ser resistente a la penicilina y otros antibióticos generales, además, que fui testigo reciente de un caso de Tifoidea, la Fiebre “amarilla”, enfermedad erradicada hace tiempo en nuestro país. Estas enfermedades y sumadas a los casos referidos más arriba, conjuntamente con las condiciones antihigiénicas en las que vive el nacional haitiano, que no son su culpa, sino las de su clase gobernante que no ha tenido la condolencia de ayudar a sus nacionales y más bien les han explotado y acabado con una insensibilidad que solo responde a animales, son las causantes de que actualmente el Pueblo dominicano se encuentre, ciudad por ciudad, municipio por municipio, provincia por provincia, levantándose para defender su tierra y su familia, ya que si nuestro presidente por vanagloria personal y temor al imperio no defiende los intereses dominicanos, pues el pueblo si lo hará, porque como decía el general Ramón Matías Mella, “Todavía hay patria…”
* Presidente de la Juventud de la FNP
http://elnuevodiario.com.do/app/article.aspx?id=227278
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