martes, 8 de septiembre de 2009

El natalicio del General Luperón

POR JOSE C. NOVAS*
*EL AUTOR es comunicador e historiador. Reside en los Estados Unidos.


Cada 8 de Septiembre en República Dominicana se conmemora el 170 aniversario del nacimiento del general Gregorio Luperón, héroe de la Guerra de la Restauración y uno de los grandes defensores de la soberanía nacional que recuerde la historia dominicana. Por tal motivo el gobierno anunció realizar una serie de actos en su honor a llevarse a cabo en la ciudad de Puerto Plata, cosa que aplaudimos.

Pero es justo señalar que el general Gregorio Luperón al morir dejó hijos, éstos a le produjeron nietos, bisnietos y se sabe que muchos de ellos la posteridad vió con pesar atrapados entre las redes de la pobreza, a pesar de la estirpe y el sacrificio de su antepasado. Recuerdo que en tiempos recientes se denunció el estado de deterioro en que se encuentra la casa donde vivió la principal espada restauradora, ello junto a las condiciones sociales de los descendientes del prócer contrasta con las generaciones de los entreguistas, que han gozado de grandes riquezas desde entonces hasta nuestros dias.

Al parecer la estrella del general Luperón y los suyos fue perseguida por oscuros designios y a pesar de ello su gloria estaba sellada. Reconquistada la soberanía del país en 1865, en el curso de la guerra de los seis años, según aparece en los archivos de la correspondencia (entonces clasificada) del Departamento de Estado, en College Park, Maryland, USA, que con el tiempo fueron desclasificadas y puestas al libre acceso del público, lo calificaban como "bandido, perturbador del orden público".

En multiples ocasiones el presidente Báez en complicidad con Estados Unidos, trató de eliminar al prócer que los dominicanos triburan y admiran como héroe nacional y fiel defensor de la soberanía. Uno de las tramas contra Luperón se produjo en el mes de Julio de 1873 en Dajabón, allí estuvo a punto de morir asesinado. El plan homicida fue auspiciado del Partido Rojo y el dictador Buenaventura Báez, en momentos que el titán de Puerto Plata y otros patriotas se habían declarado en rebeldía y formaron un gobierno con asiento en Dajabón.

Para eliminar a Luperón los baecistas usaron a Juan Rivas, terrateniente de la zona y hombre de armas en la región, reputado por su lealtad al presidente Báez. El general Juan Rivas simuló haber retirado su apoyo al gobierno de Báez y juró fidelidad a los rebeldes, pero el propósito de su llegada al gobierno en armas era otro. La Junta de Dajabón aceptó a Juan Rivas sin tomar en cuenta el peligro que significaba este hombre entre el grupo rebelde.

El plan siniestro estuvo a punto de convertirse en tragedia, en momentos que la Junta se reunió para elaborar la estrategia a seguir, alli el sigiloso Juan Rivas trató de realizar su oscuro propósito, pero la pericia y valentia de dos coroneles presentes en el acto, salvaron la vida al general Luperón, que quizás habría terminado en 1873. Los intrepidos coroneles Calasán Carrasco y Ulises Heureaux, observaron extraños movimientos en el general Rivas, que se había colocado detrás del general Luperón y cuando se disponía empuñar su revólver, Lilís que lo observaba con ojo de águila, abrió fuego contra Rivas y lo derribó de un disparo, y tras caer moribundo, recibió el tiro de gracia de manos del coronel Carrasco. Allí murió el general Juan Rivas y así se le salvó la vida del general Luperón.

http://www.almomento.net/news/135/ARTICLE/41707/2009-09-07.html

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