República Dominicana ha tenido que protestar ante el Arzobispado de Toledo, España, por la persistente, aviesa y malintencionada campaña contra la imagen del país que, protegido por los hábitos religiosos, mantiene en Europa el padre Christopher Hartley.
Sin más motivos que el rencor y la maldad, el religioso al parecer no se resigna con que lo hayan sacado de la parroquia de San José de los Llanos, de la que hizo un foco de confrontación social y étnica.
La nota de la Cancillería, que entregó hoy al cardenal de Toledo, arzobispo Braluio Rodríguez Plaza, el embajador dominicano en España, licenciado César Medina, está fundamentada en los probados infundios que el padre Hartley ha difundido contra República Dominicana. El documental “El precio del azúcar”, que el cura promueve como muestra de la esclavización de la mano de obra haitiana, constituye el testimonio más fehaciente de las mentiras en que se ha apoyado el sacerdote para denostar al país.
Hay que confiar en el compromiso de monseñor Rodríguez de Plaza, al recibir la nota diplomática, de por lo menos investigar la campaña de infamia del padre Hartley. No por casualidad obispos, empresarios, organizaciones populares, partidos políticos y los más diversos sectores nacionales han coincidido en negar las diatribas del otrora párroco de San José de los Llanos.
Si la jerarquía eclesiástica de Toledo necesita más pruebas contra los infundios del padre Hartley, una mente sin duda enferma, en los bateyes que cita el religioso las puede encontrar al por mayor y detalle.
Pero tiene que intervenir para poner coto al daño gratuito que el religioso español, establecido en Etiopía, hace por Europa y el mundo a la imagen y la economía de un país que lo trató con la mayor consideración y respeto. Lo que no se podía aceptar era la intriga y la discordia que amparado en la fe sembraba el religioso.
Hace bien la Cancillería en no dejar a que el tiempo establezca la verdad al movilizarse contra una campaña perjudicial y perversa.
http://www.elnacional.com.do/editorial/2009/9/25/27397/Protesta-por-Hartley
Sin más motivos que el rencor y la maldad, el religioso al parecer no se resigna con que lo hayan sacado de la parroquia de San José de los Llanos, de la que hizo un foco de confrontación social y étnica.
La nota de la Cancillería, que entregó hoy al cardenal de Toledo, arzobispo Braluio Rodríguez Plaza, el embajador dominicano en España, licenciado César Medina, está fundamentada en los probados infundios que el padre Hartley ha difundido contra República Dominicana. El documental “El precio del azúcar”, que el cura promueve como muestra de la esclavización de la mano de obra haitiana, constituye el testimonio más fehaciente de las mentiras en que se ha apoyado el sacerdote para denostar al país.
Hay que confiar en el compromiso de monseñor Rodríguez de Plaza, al recibir la nota diplomática, de por lo menos investigar la campaña de infamia del padre Hartley. No por casualidad obispos, empresarios, organizaciones populares, partidos políticos y los más diversos sectores nacionales han coincidido en negar las diatribas del otrora párroco de San José de los Llanos.
Si la jerarquía eclesiástica de Toledo necesita más pruebas contra los infundios del padre Hartley, una mente sin duda enferma, en los bateyes que cita el religioso las puede encontrar al por mayor y detalle.
Pero tiene que intervenir para poner coto al daño gratuito que el religioso español, establecido en Etiopía, hace por Europa y el mundo a la imagen y la economía de un país que lo trató con la mayor consideración y respeto. Lo que no se podía aceptar era la intriga y la discordia que amparado en la fe sembraba el religioso.
Hace bien la Cancillería en no dejar a que el tiempo establezca la verdad al movilizarse contra una campaña perjudicial y perversa.
http://www.elnacional.com.do/editorial/2009/9/25/27397/Protesta-por-Hartley
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