11 Septiembre 2009, 11:21 AM 
Sin que se conozca otro caso en la historia del periodismo mundial, de un medio de comunicación que haya  sido concebido con el estruendo y  desde  las cenizas  provocados por un brutal  acto de terror, El Nacional reivindica hoy  su irrenunciable compromiso de exponer y defender la verdad por sobre todas las cosas.

Al festejarse  hoy el 43 aniversario de su fundación,  este periódico proclama  que   jamás se ha apartado  de los principios éticos que sustentaron su nacimiento, como el de servir de santuario y fortaleza al derecho a la libre expresión del pensamiento.

Desde su nacimiento el 11 de  septiembre de 1966, El Nacional  recorre ese largo trayecto,  de más espinas que flores, sin  sufrir  la angustia  de la vacilación o del miedo ni de vergüenza  que supone traicionar la confianza de sus lectores.

La redacción de  este vespertino ha  sufrido por  sus   periodistas  asesinados,   golpeados o encarcelados,  sin que  asesinos, agresores ni sus mandantes hayan logrado jamás  que  su vertical línea informativa y editorial se desvirtúe o retroceda.

Esa antorcha de un periodismo objetivo y combativo ha sido  sustentada  por más de una generación de periodistas, que asumen el compromiso de no  soslayar sacrificios para ofrecer cada día a la ciudadanía un  menú informativo libre de todo tipo de contaminación.

Es también motivo de orgullo proclamar que las páginas de opinión de El Nacional han sido por 43 años tribuna abierta a  todas las corrientes del pensamiento, sin más limitación que las que  señalan las leyes y las buenas costumbres.

En la etapa de embrión o de proyecto,  lo que es hoy -válido es proclamarlo- uno de los pilares  del periodismo dominicano, sufrió el impacto del atentado dinamitero  que destruyó las instalaciones de la revista ¡Ahora!

Es por eso que   periodistas, ejecutivos y empleados de este periódico, no conocen  el miedo ni aceptan  presión, extorsión o chantaje,  en  el entendido de que  su compromiso es sólo con la verdad.

El Nacional es, y será por siempre, “la voz de todos”. Es un juramento.

http://www.elnacional.com.do/editorial/2009/9/11/26187/La-voz-de-todos