Solamente por su empeño de fortalecer su liderazgo exterior, se entiende que Fernández haya aceptado la invitación del gobernante libio, Mohammar al Kadhafi para las celebraciones del 40 aniversario de la revolución Libia y que en el marco de esa visita se firmaran los protocolos para el establecimiento de relaciones diplomáticas y consulares. La amistad de ambos gobernantes es de reciente data.
Claro, durante la visita, en el marco de la cumbre de la Unión Africana, el gobierno libio, por vía del hijo y eventual heredero del gobernante, Sali Al Islam al Kadhafi, mostró interés en la instalación en Monte Cristi de una refinería de petróleo que implicaría una inversión de $2,000.00 millones de dólares.
Libia era considerada en el pasado como alentadora del terrorismo internacional, y el ex presidente George W. Bush la colocó, durante su desempeño, en una lista de países adversarios a muerte del suyo. En el peor momento de la pugnacidad, Libia fue objeto de un bombardeo que alcanzó la residencia de al Kadhafi, en Trípoli, y mató a uno de sus hijos.
El doctor Fernández se ha mantenido al margen del grupo latinoamericano de izquierda que lidera el venezolano Hugo Chávez, pero mantiene correctas relaciones con ese dirigente y lo ha elogiado en varias oportunidades, sobre todo por el apoyo que ha dado a RD mediante el programa de Petrocaribe.
Las relaciones las mantiene muy bien con Brasil, cuyo gobernante, Luis Inacio Lula, lo invitó a visitar oficialmente ese país. RD ha comprado a esa nación una escuadrilla de aviones Tucanos, que supuestamente llegarán al país antes de finalizar el año y se utilizarán en la lucha contra el narcotráfico.
Los mercados de la RD están llenos de productos brasileños y la influencia comercial de ese país es creciente al son de su vigor en variados campos como el gigante latinoamericano, que en alguna medida podría ejercer algún contrapeso a la influencia de los Estados Unidos, que en el caso dominicano ha sido exagerada.
Leonel negociador
El doctor Fernández tuvo la voz cantante durante la Cumbre de Río, en Santo Domingo, para aliviar la crisis diplomática y militar entre Colombia, Venezuela, Ecuador y Nicaragua. En esas circunstancias su imagen de negociador diplomático se vio crecer, aparte de darle una manito para ganar la reelección.
La posición del gobernante dominicano fue de las más firmes cuando el pasado 28 de junio los empresarios y la Corte Suprema de Justicia instigaron a las Fuerzas Armadas de Honduras a derrocar al presidente Manuel Zelaya. Por el repudio dominicano al golpe, las relaciones fueron cortadas y el doctor Fernández pidió luego excluir a ese país del tratado de libre comercio con EU.
En alguna medida su acercamiento a los países de Medio Oriente y África ha sido algo novedoso en la diplomacia dominicana. Se observa como interesante que Carlos Morales Troncoso, el diligente canciller del doctor Fernández en los últimos dos períodos, ha seguido e impulsado con entusiasmo esa novedad de la diplomacia dominicana.
Dentro de ella se inscribe la apertura plena de relaciones con Rusia y la visita oficial que actualmente realiza el canciller a Moscú durante la cual se entrevistará con las altas autoridades de la diplomacia de ese país y posiblemente con el presidente Mdeved o el primer ministro Putin.
De Rusia los estrategas del turismo dominicano esperan abrir un mercado de viajeros directamente desde Moscú, lo que indica también que los prejuicios del pasado, que fueron extremos durante la regencia de los gobernantes del PRSC y del PRD, son cosa olvidada.
Embajada abierta
RD tiene embajada abierta en Rusia. El presidente Fernández tiene en su agenda pronunciar un discurso el 23 del cursante mes ante la Asamblea General de la ONU, en Nueva York, y posteriormente participará en Isla Margarita, Venezuela, de la reunión de Unasur y un grupo de países africanos para tratar problemas de las dos regiones, según anunció el embajador Miguel Mejía, una figura clave en las relaciones con países de izquierda.
Después de esos viajes, el gobernante dominicano cumplirá una invitación para visitar Moscú, lo que se espera que sea también antes de finalizar el año y otra a Francia. Sus adversarios cuentan los viajes del doctor Fernández, pero él simplemente encoge los hombros y pone poco caso. Hay quienes dicen que, diplomacia e intereses comerciales aparte, al dirigente dominicano le gusta viajar, aunque tenga que enfrentar el jet lag y la gastronomía cargada de pimienta, cúrcuma, curry y azafrán de los países visitados.
Le falta China
Muchos de los que siguen la política exterior dominicana no comprenden por qué el país no ha establecido relaciones con la República Popular de China, la cual ha estado interesada en esos nexos que los tiene desde tiempos de la “Era de Trujillo” la isla de Taiwán, considerada por la gran nación como una provincia.
Con motivo de cumplirse el primero de octubre venidero el 60 aniversario de su revolución, se ha rumorado que el gobierno del doctor Fernández hará algún gesto positivo hacia el gran país, como sería enviar una congratulación, en el menor caso o decidir la apertura de las relaciones, lo que tendría nerviosos a los taiwaneses.
Son tan estrechas las relaciones con Taiwán y la influencia que ese país tiene en la parte dominicana, que los dos gestos anteriores podrían descartarse. Los chinos de Taiwán han sabido, gobierno tras gobierno de la RD, cultivar las relaciones en el orden de la diplomacia y de vanagloria personal.
Por esa razón han tenido una agenda extensa de viajeros gubernamentales dominicanos, que se deleitan con las atenciones que ofrecen los chinos de Taiwán y que, en algunos casos, han pedido ser invitados o se acercan a quien organiza esos safaris de todo incluido. Hay también una agenda para la prensa que tras viajar los redactores, exponen en detalle el material de propaganda suplido.
Durante su reciente viaje a Libia, pese a las deficiencias de promoción, el doctor Fernández anunció que la RD mantenía su aspiración a ocupar un puesto en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. El comentario pareció sorpresivo para los entendidos luego de los dos intentos fallidos en que ganaron el puesto México y Costa Rica.
La diplomacia costarricense, más viva que la dominicana, cortó las relaciones con Taiwán y las estableció con China Popular, lo que allanó el camino para que los muchos países del área de influencia de esa gran nación, votaran por México y Costa Rica, respectivamente en los dos casos, en las Naciones Unidas.
Ha sido claro que China Popular no acogería bien a un país que como la República Dominicana, se ha atrevido a pedir el reingreso de Taiwán a la ONU. Si el doctor Fernández quisiera, como parece ser, un posicionamiento de primer orden e influencia en representación de un grupo de estados, como sería el caso de América Latina y el Caribe, no podría ignorar que la mayoría de esos países desde hace tiempo mantienen plenas relaciones con China Popular y la mayoría disfruta el acceso a su vasto comercio.
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