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Los constantes fracasos electorales no han sido suficientes para que la dirigencia perredeista revise su accionar. Esta es la cuarta derrota al hilo, desde el 2004, que en beisbol no pesa tanto, pero en politica, es muy cuestionable.
En cada proceso, el PRD juega más a perder que a ganar, como si las derrotas beneficiaran más a su cúpula dirigencial. Vargas Maldonado habló al principio, de construir un nuevo partido, pero sus planes más que eso, buscaban desmembrar al partido.
Acorraló, pateó y empujó a todo aquel que no comulgaba con sus lineamientos a lo interno de la organización y ahí están los resultados. Ahora justifica la humillante derrota del 16 de Mayo, culpando a la abstención, el uso de recursos del Estado, a la JCE, compra de votos, en fin.
Incluso, el día previo a las elecciones, el presidente del partido del hacho atribuyó su posible derrota, a los tres días festivos declarados por el ejecutivo, o sea, cuando falta el convencimiento, sobran las excusas infundadas. La falta de humildad en esos dirigentes no les permite detectar el gran vacío institucional existente a lo interno del PRD y por lo tanto, no pueden retractarse y cambiar de rumbo para ganar un mejor espacio político.
La abstención perjudica a todos por igual y cuando la oposición juega su rol, su militancia se mantiene despierta para votar por sus candidatos, mientras quienes están en el poder, suelen dormirse en sus laureles.
Las elecciones no se ganan con dinero y para ilustración, sólo vamos a citar dos procesos electorales. En 1978, Balaguer no sólo usó recursos económicos del Estado, si no, que envió a militares y policías, con una bandera colorada en las puntas de los fusiles a hacer campaña, bajo el lema, “si no tenemos votos, ganamos con botas” y finalmente la voluntad popular se impuso.
En 2004, Hipólito Mejía y su grupo de bellacos, usaron cuantos recursos tuvieron a su alcance y fueron barridos por los votantes, haciendo honor a la consigna que el propio PRD enseñó, “le cogemos las funditas y no somos reformistas”.
El país ha avanzado lo suficiente en materia electoral y el fraude sólo vive en la mente de quienes se roban las contiendas internas para imponer sus caprichos, irrespetando la voluntad de la militancia de forma olímpica y sin rubor.
La compra de cedulas es otra torpe justificación, ya que el organismo comicial entrega duplicados a los electores que resulten víctimas de esta mala práctica y quizás por los traumas electorales vividos en los 70s, todavía los políticos de oposición ven la incursión militar en campañas políticas, cuando ya esto es historia en el país.
No es acusando a sus adversarios, que el PRD va a consolidar su fuerza politica, la clave es autocriticarse, creando principios, ideología y organización dentro del partido, donde la democracia interna prevalezca, esto debieron hacerlo en el 2004, pero la terquedad no se lo permitió.
http://almomento.net/news/135/ARTICLE/60101/2010-05-20.html
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