miércoles, 26 de mayo de 2010

Santiago bien vale un Congreso

Oscar Medina

Algunos han tomado los resultados municipales de la ciudad de Santiago de los Caballeros para cuestionar al presidente Fernández, aduciendo que la derrota del actual síndico a manos de un disidente peledeísta fue la derrota a su “imposición” en la candidatura. Y hay que tener mucha estrechez de mira para dar una lectura tan simple a lo sucedido.

Es bueno recordar que la decisión de favorecer a Sued con esa candidatura debió tomarse como única vía para salvar la alianza con el Partido Reformista, pues estos lo habían puesto como condición sine qua non para rubricar el pacto. Entendían que para ellos era imperioso conservar esa plaza, y para ser justos, partían además del criterio original del pacto donde ofrecían apoyarse mutuamente en los ayuntamientos que ya controlaban.

Las encuestas no daban a Sued, y la dirección provincial y municipal peledeísta estaba opuesta a nominar al todavía alcalde. Sin embargo el Presidente y el Comité Político debieron privilegiar lo general ante lo particular. Y se sacrificó Santiago para preservar el acuerdo con los reformistas.

Con ello, no sólo los peledeístas perdieron a un dirigente valioso como Gilberto Serulle, sino también que al final los reformistas perdieron la plaza.

Pero por otro lado, los resultados evidencian que la decisión fue la correcta. De los 31 senadores ganados por el oficialismo, 14 se los deben a los partidos aliados sin cuyo apoyo hubieran perdido. Sin embargo, a los reformistas solos el PLD les debe al menos diez. Bahoruco, Barahona, Dajabón, La Vega, María Trinidad Sánchez, Pedernales, San José de Ocoa, San Pedro de Macorís, Sánchez Ramírez y Valverde, son provincias que si hoy están pintadas de morado en el mapa electoral se debe al acuerdo con el PRSC, pues, si los rojos se hubiesen ido solos hoy esas provincias estuvieran teñidas de blanco; un resultado que demuestra lo correcta de la estrategia y que no sólo se pudiera reflejar en estos resultados, sino también proyectarse sobre las elecciones del 2012.

A finales del siglo XVI, Enrique IV pronunció la célebre frase de “París bien vale una misa” al justificar su conversión al catolicismo para poder acceder al trono de Francia. En República Dominicana y con la vista puesta en el resultado electoral y su proyección futura se podría decir, parafraseando a Enrique IV, que Santiago bien vale un Congreso para Leonel, y quién sabe si hasta otro cuatrienio en el poder para el Partido de la Liberación Dominicana.

http://www3.listindiario.net/puntos-de-vista/2010/5/25/143489/Santiago-bien-vale-un-Congreso

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