Lo primero que hace cualquier partido racionalmente dirigido cuando pierde unas elecciones, es sentarse a analizar con cabeza fría donde fallaron la táctica y la estrategia para conectar con los electores, con el propósito de corregir esos errores y evitar su repetición en futuros comicios.
Sin embargo, la dirección del Partido Revolucionario Dominicano no se emplea en algo tan elemental como eso para evitar que esa organización caiga vencida tan sistemáticamente como le ha sucedido.
El haber perdido cuatro elecciones seguidas demuestra que la dirigencia del PRD es incapaz de aprender de sus propios errores, y que, peor aun, siempre está dispuesta a cometerlos para sucumbir de nuevo.
Estamos en presencia de una de las direcciones políticas más torpes del país, pues no sólo reincide en la comisión de disparates, también repite los mismos argumentos para justificarse ante su electorado.
Cuando en 2004 fueron vencidos por la fortaleza del liderazgo de Leonel Fernández, como no podían acusarlo de usar los recursos del Estado por encontrarse en la oposición, se inventaron el disparate de una supuesta cadena cuya viabilidad no cabe en ninguna cabeza racional.
Pero el argumento de los supuestos usos del poder para ganar, reapareció en los comicios de 2006, volviendo a repetirse en 2008 y reeditado nuevamente en los comicios que acaban de pasar.
¿Es que a los perredeístas les faltan creativos que eviten caer en esas torpezas que a la mayoría del pueblo dominicano a veces le dan risas pero en otras oportunidades indignación?
La sensatez debería decirle a la dirección del PRD que su nueva derrota obedeció, en primer lugar, a que esa organización hace rato que perdió la conexión con la mayoría del pueblo, razón por la cual se le hace difícil romper el duro techo que les impide avanzar hacia mejores posibilidades, y luego por los reiterados yerros en su estrategia electoral.
Debería saber que el pueblo no es tonto como para tragarse la amenaza de que el Gobierno volverá a subir los impuestos y la electricidad. Una campaña sustentada en esa amenaza no puede dar resultado sin siquiera una oferta electoral, lo cual el PRD está impedido de hacer, porque el pueblo no le cree.
En el año 2000, cuando el Partido de la Liberación Dominicana perdió los comicios de entonces, su dirección se sentó a analizar porqué no ganó.
El resultado fue asimilar la derrota y corregir los errores. Desde entonces lleva cuatro victorias en línea y el PRD igual número de derrotas. Ahí está la diferencia de los 300 mil votos que alega el presidente del PRD.
Sin embargo, la dirección del Partido Revolucionario Dominicano no se emplea en algo tan elemental como eso para evitar que esa organización caiga vencida tan sistemáticamente como le ha sucedido.
El haber perdido cuatro elecciones seguidas demuestra que la dirigencia del PRD es incapaz de aprender de sus propios errores, y que, peor aun, siempre está dispuesta a cometerlos para sucumbir de nuevo.
Estamos en presencia de una de las direcciones políticas más torpes del país, pues no sólo reincide en la comisión de disparates, también repite los mismos argumentos para justificarse ante su electorado.
Cuando en 2004 fueron vencidos por la fortaleza del liderazgo de Leonel Fernández, como no podían acusarlo de usar los recursos del Estado por encontrarse en la oposición, se inventaron el disparate de una supuesta cadena cuya viabilidad no cabe en ninguna cabeza racional.
Pero el argumento de los supuestos usos del poder para ganar, reapareció en los comicios de 2006, volviendo a repetirse en 2008 y reeditado nuevamente en los comicios que acaban de pasar.
¿Es que a los perredeístas les faltan creativos que eviten caer en esas torpezas que a la mayoría del pueblo dominicano a veces le dan risas pero en otras oportunidades indignación?
La sensatez debería decirle a la dirección del PRD que su nueva derrota obedeció, en primer lugar, a que esa organización hace rato que perdió la conexión con la mayoría del pueblo, razón por la cual se le hace difícil romper el duro techo que les impide avanzar hacia mejores posibilidades, y luego por los reiterados yerros en su estrategia electoral.
Debería saber que el pueblo no es tonto como para tragarse la amenaza de que el Gobierno volverá a subir los impuestos y la electricidad. Una campaña sustentada en esa amenaza no puede dar resultado sin siquiera una oferta electoral, lo cual el PRD está impedido de hacer, porque el pueblo no le cree.
En el año 2000, cuando el Partido de la Liberación Dominicana perdió los comicios de entonces, su dirección se sentó a analizar porqué no ganó.
El resultado fue asimilar la derrota y corregir los errores. Desde entonces lleva cuatro victorias en línea y el PRD igual número de derrotas. Ahí está la diferencia de los 300 mil votos que alega el presidente del PRD.
http://www.elnacional.com.do/opiniones/2010/5/22/49187/VISION-GLOBAL
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