José Rafael Vargas
Santo Domingo
Durante los últimos cuatro procesos electorales que ha tenido el país, el Partido de la Liberación Dominicana, con sus fuerzas aliadas, ha sumado una votación que supera el 50% de los votos, de manera que es un posicionamiento que ahora se repite y tiene mucho que ver con el prestigio y la confianza que despierta el presidente Leonel Fernández, y sobre todo por los éxitos de su gobierno principalmente en materia económica.
De ahí que la denuncia de fraude no es creíble ni siquiera por los propios miembros del PRD, quienes hace tiempo advertían públicamente del fracaso de su gerencia política.
Todo lo que pasó en las elecciones, que puede verse como irregular, afectó a todos los partidos por igual. Pero lo más grave que pasó, y esto se oculta a propósito, es que días antes del 16 de mayo se desangraron los bancos privados de muchas provincias, principalmente de Espaillat, donde el dinero corrió a plena luz del día frente a las mesas electorales con activistas que no ocultaban sus intenciones.
Mal podría hablarse de fraude cuando todas las encuestas y los dirigentes más avezados del país anunciaban con anticipación lo que venía: el triunfo arrollador del partido oficial.
El Lic. Hatuey Decamps lo dijo varias veces en varios programas televisivos, y lo mismo decían la mayoría de los dirigentes del propio Partido Revolucionario Dominicano, quienes advertían una crisis en la gerencia política de la organización.
Nadie alegó fraude en el año 2004, cuando el presidente Leonel Fernández ganó las elecciones presidenciales con 57.11%, frente al 33.65% del PRD y sus aliados. Esa victoria se repitió dos años más tarde, cuando el partido morado volvió a conformar una alianza sólida, alcanzando una votación que superó con amplio margen el cincuenta por ciento del electorado y asumiendo por primera vez el control de las dos cámaras legislativas.
En el año 2008, el presidente Fernández volvió a repetir una histórica victoria del PLD y sus aliados con el 53.83%, frente al 40.48 por ciento del PRD. En ese proceso el PLD no fue aliado al Partido Reformista que en esa ocasión apenas alcanzó el 4.59%.
Ahora en el 2010 la justificación no encuentra espacio para ganar terreno porque la dirección politica del partido blanco cayó en su propia trampa, al diseñar una táctica que frustra las aspiraciones de su militancia, al adelantar que su propósito era “avanzar en el diez para ganar en el 12”.
Y sucede que es la primera vez que el PRD queda fuera del Senado de la República, desde que asumiera la lucha democrática post Trujillo, lo que representa un duro golpe para la organización, atribuible a lo que algunos dirigentes llaman “la imposición de candidatos”.
Para que se tenga una idea del nivel de apoyo que ha recibido el PLD y sus fuerzas en este certamen, sólo hay que ver que en 15 provincias la organización obtuvo más de 55% de los votos y en tres por encima del 50 por ciento. Hacer denuncias de fraude con una votación de esa naturaleza es un contrasentido que a fin de cuenta se revierte contra sí mismo.
Por eso algunos dirigentes han expuesto públicamente que lo que debe hacer la organización es someterse a una profunda reflexión para determinar las causas reales de la derrota, porque lo único cierto es que el PLD y sus aliados tienen hoy mayoría de síndicos, de regidores, de directores de departamentos, de diputados y los 32 senadores, porque esto incluye a la provincia La Altagracia, que es aliada al partido de gobierno. Cómo se puede decir que avanzó un partido que ni siquiera sacó un senador que pueda formar parte del Consejo Nacional de la Magistratura.
Desviar la atención
Para muchos, la denuncia sólo busca escapar del problema de fondo que hoy tiene el PRD, que son los serios cuestionamientos que hace una parte de la organización a la forma en que ésta se maneja y conduce.
Los resultados electorales del 16 de mayo no constituyeron sorpresa para nadie, porque las encuestas reconocidas del país daban por un hecho que el PLD dominaría casi todas las plazas congresionales y municipales del país.
Y aunque se sabe que esto es difícil de aceptar, la realidad es que la protesta de fraude no se produce en aquellos lugares que como Moca, Santiago y La Romana la derrota municipal se constituyó en una verdadera sorpresa para el PLD.
Era obvio, sin embargo, que la lucha interna intrapartidaria generaría estas dificultades, sobre todo porque había un sector radicalmente adverso a votar por algunos candidatos de su partido. De manera que el fraude no puede existir para una cosa y no para la otra. Está claro, y se puede ver en las actas de votación, que en Moca y en Santiago una parte de los peledeístas no votaron por su candidato a síndico, y esa es la causa profunda de la derrota.
Pasó también con las otras candidaturas, lo que obliga a pensar seriamente en la necesidad de cambiar el voto preferencial, que se presta a la “mafiatización” de la política, haciendo que los dirigentes y candidatos se devoren uno a otro.
Los que pierden en los procesos internos se atrincheran y hacen causa común con los candidatos opositores para hacer perder a los de su propio partido. Eso pasó en todas partes, incluso se hacía abiertamente con ofertas de dinero incluidas.
Esa lucha interna no se dio a esos niveles en los procesos electorales pasados. Y a pesar de ello, la organización que fundara el profesor Juan Bosch alcanzó una votación impresionante superando sus propias expectativas.
Pero lo único cierto es que estas elecciones sirvieron para evidenciar, una vez más, la fortaleza política del PLD que en los últimos cuatro procesos electorales ha conformado una fuerza capaz de superar el 50% de los votos, hecho que ningún partido ha podido establecer en la vida democrática de la nación.
Deslucir esa realidad con denuncias fantasiosas de fraude, no hace otra cosa que dañar al país en el plano internacional y afectar el ejercicio de una labor seria desarrollada por los actuales jueces de la Junta Central Electoral, cuya probidad es incuestionable.
Ahora lo importante es asimilar los errores, que son propios del sistema electoral vigente, para producir cambios profundos. Por ejemplo, es conveniente para las próximas elecciones congresionales eliminar el voto preferencial, y en sentido general establecer el voto electrónico y crear las circunscripciones electorales, para que haya reales representantes de las demarcaciones territoriales.
http://www3.listindiario.net/la-republica/2010/5/27/143789/PLD-tiene-cuatro-comicios-con-mas-del-50-por-ciento
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