jueves, 20 de mayo de 2010

Los perredeístas no deben sorprenderse de su derrota

Orlando Gil
orlandogil@codetel.net.do

Lo previsto
Ningún perredeísta puede sorprenderse de lo ocurrido el pasado domingo porque ellos mismos adelantaron y trabajaron para que el PLD se alzara con el santo y la limosna en las elecciones congresuales y municipales; particularmente en las congresuales. Miguel Vargas no tuvo en privado y mucho menos en público la expectativa de que el PRD podía ganar en quince provincias e incluso disputar veintiuna, que fue lo que informó su encargado de comunicaciones con los números de las mediciones del Centro Económico del Cibao. Esto es, el PRD no podía hacerse con quince senadurías porque no se propuso tener quince senadores. Pero mucho menos veintiuno. No hay que ser muy inteligente para darse cuenta de que obtener veintiún senadores, no era avanzar, sino lograr la hegemonía en la cámara alta.

No debe olvidarse que el PLD tiene actualmente veintidós senadores, y que domina el Senado de la República.

Además, el PRD se había resignado ante el embate de lo que denunció como uso abusivo de los recursos del Estado. La muerte no sólo estaba anunciada, sino también aceptada…

Avanzar
Las elecciones congresuales y municipales dejaron de ser un elemento catalizador en el PRD desde el momento que el grupo dominante abusó de su poder y decidió favorecer con candidaturas a sus seguidores.

El avanzar no era para el partido, sino para la candidatura de Miguel Vargas, que de ese modo ponía la zapata de un triunfo delirante en el 2012.

No podían las demás facciones apañar esa estrategia, pues sería afilar hachas para sus gargantas. Los comicios eran cosa de Vargas, y sus adversarios se dedicaron a trabajar en sentido contrario. Los que crean que Rafael Calderón actuó motu propio y no como encomienda de su tendencia, no conocen la intimidad del partido blanco ni las subordinaciones que existen en su interior. ¿Por qué Hipólito Mejía no disparó contra su antiguo ministro, él que siempre tiene una bala en la recámara? La gente del campo es ladina, pero no siempre engaña a sus iguales de la ciudad. Si la candidatura de Calderón fue exitosa, se debió a los perredeístas que la apoyaron, y lo hicieron con una inteligencia concertada…

Ellos
Nadie se equivoca al considerar que la senaduría de Rafael Calderón no pertenece al PLD o al presidente Leonel Fernández, sino a Hipólito Mejìa. Se le recibió con aplausos, se le trató como a uno de la casa, pero todos sabían que en el fondo su candidatura era una jugada política de genios.

Calderón nunca peleó con Mejía, sino con Miguel Vargas, de manera que los entendimientos y los propósitos quedan claros. Y más claros al paso de los días. Además, no es una pieza suelta. Está el caso de Guido Gómez Mazara, que no se dejó consumir por la derrota, que se sacudió el polvo como los buenos gladiadores y emprendió una lucha que rivaliza directamente con Vargas. Mejía y Gómez han vuelto a buscarse, y cuando se ven, se afilan uno a otro los rencores contra el presidente del partido. Pero no todo se queda ahí. Gómez se vio recientemente con el presidente Fernández en medio de una campaña electoral, y aunque se sabe que hablaron de libros y de baloncesto, la política no se quedó fuera…

La reunión
Los enemigos internos de Guido Gómez Mazara comentan por lo bajo, como si se tratara de un chisme, su reunión con el presidente Fernández, cuando a decir verdad no fue secreta. O el propio Gómez Mazara no quiere que lo sea, pues da detalles, y con el interés de que lleguen a oídos de Miguel Vargas. Es decir, que los perredeístas estaban atentos unos a otros, y no al proceso eleccionario, teniendo al presidente Fernández como pieza de sus respectivas estrategias. Por tanto, insisto, ningún perredeísta puede sorprenderse de lo ocurrido el pasado domingo: sus líderes fueron cómplices del palo…

http://www3.listindiario.net/puntos-de-vista/2010/5/19/142666/Los-perredeistas-no-deben-sorprenderse-de-su-derrota

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