Por: Miguel Solano
Cuando un ser humano ejerce una actividad o una profesión sin tener la vocación para ello, es afectado por una enfermedad que bauticé como “analfabetismo emocional”. Es decir, la persona afectada por ese mal no logra conectarse con su propio instinto, no logra atar su intuición con su hacer y, al fallarle esa perla del intelecto, ese Ser se convierte en un fracaso público.
Con el tema “lectura y vocación” doy muchas conferencias en las escuelas y en las universidades donde los profesores les han asignado mis libros como tema de estudio. Es una condición que pongo siempre antes de ir a hablar, exijo que los estudiantes hayan leído la obra asignada porque no quiero enfrentarme a la bochornosa experiencia de ir a un lugar donde los interlocutores no tengan la más mínima idea de lo que se trata y quieran ocultar su falta de conocimientos y su irresponsabilidad intelectual con la consabida pregunta de “qué lo inspiró”.
Le planteo el dilema a los estudiantes de la siguiente forma: imagínense que ustedes no están viendo a una persona hablándole, sino que frente a ustedes está un triángulo. Ese triangulo en su ángulo izquierdo tiene escrita una palabra llamada “lectura”, en su ángulo derecho tiene escrita una oración que dice “conexión síquica con las cosas” y en su ángulo en la cúspide, en la parte alta, posee otra palabra escrita que se llama “vocación”.
Siguiendo la formula Solano, tenemos entonces que en el mundo académico, el encuentro con la vocación se da a través de la lectura que nos permite la conexión síquica con las cosas. Por ejemplo, usted esta leyendo un poema, un cuento o una novela sobre un acontecimiento jurídico y empieza a fascinarle el debate público , oral y contradictorio del juicio, comienza a encantarle el proceso investigativo del caso, la presentación y descalificación de las pruebas... Todo ese mundo le enloquece y entonces usted se va a la biblioteca y busca más libros sobre el tema y mientras más lee más se fascina. Usted sencillamente a descubierto su vocación, usted quiere ser abogado y entra a la universidad a estudiar leyes.
Los versos, los cuentos y las novelas son de todas las obras las que nos permiten, en forma mas rápida y clara, lograr la conexión síquica con las cosas y descubrir nuestra vocación.
Igual ocurre si usted esta leyendo un poema, un cuento o una novela sobre las guerras de las baterías y se enamora locamente del tema y se va a la universidad a estudiar biología.
En ingles se dice que cuando usted descubre su vocación y se dedica a ella, usted tiene “el Dios de la profesión”. Si es abogado será el terror del mundo jurídico, si es ingeniero o arquitecto la ciudad y el mundo serán testigo de sus obras y, si es médico no hay paciente que no cure, con solo mirarlo, con solo tocarlo, ya sienten el alivio, incluso a aquellos cuya única cura seria la muerte se irían feliz al ser bendecido por sus manos.
El gran dilema con la vocación es que no hay cómo enseñarla. El sistema educativo no tiene como enseñar vocación porque no hay cómo cuantificarla, no hay cómo entrarla, adecuarla en un modelo social, no hay cómo atribuírsele a alguien mediante una fórmula matemática, es una batalla individual. La vocación es una llama interna y solo cuando a través de la lectura se logra la conexión síquica con esa llama, la flama se enciende. Por esa razón lo que hace el sistema educativo es presentarles muchas opciones y en su camino de estudiantes usted lee sobre matemáticas, sobre químicas, astrologías, físicas, poesías, ingenierías… hasta recibir el choque con lo buscado. Solo usted, a través del contacto con ese mundo puede despertar la apagada llama que vive latiendo en su interior, que sueña esperando el fuego que la alimente.
La vida enseña que cuando usted sabe cual es su vocación, no importan los obstáculos materiales, espirituales, geográficos, políticos, familiares…, de cualquier índoles, usted lo vencerá a todos y será exitoso. Cuando usted ignora eso, la vida le puede ofrecer todas las posibilidades y usted será un fracaso.
Hay casos, por ejemplo, de personas que, por la razón de que son inteligentes, entran a la universidad y terminan una profesión. Esas personas, que tienen una profesión, pero que no saben cual es su vocación y, que por tanto hacen cualquier cosa, son los que usan los empresarios, los políticos y los militares para realizar su perversidades, esos son los que hacen cualquier cosa porque supuestamente ese “es su trabajo”. En ingles inventaron una frase para identificar a esos fracasados, dice: “I just doing my job”, significa “Yo solo hago mi trabajo”. ¡que frase tan hija de puta!
Aclaro, que hay tipo de vocaciones, como el arte o el deporte, cuyo descubrimiento, en la mayoría de los casos, no se da a través de la lectura, sino mediante el contacto con ese mundo, cosa que ocurre en edades muy temprana. La política, como es un arte y una ciencia y su carrera bien deportiva, requiere de ambos. Es decir, es absolutamente necesario iniciar el contacto con ella a edad temprana e iniciar la lectura sobre ella en los años mozos. La historia demuestra que los políticos que iniciaron su carrera en edad temprana y que leyeron toda la poesía, los cuentos y las novelas creadas por la sociedad intelectual en la que actúan o actuaron , salieron airosos de todas las batallas, siempre fueron proactivos a la hora de seguir su instinto.
El actual liderazgo del PRD es una muestra clara de lo que es ejercer una actividad sin tener vocación para ello. A Miguel Vargas Mal donado le metieron en la cabeza la idea de que el PRD tenía que ser un “PLD blanco”, es decir, un partido compacto y disciplinado donde la dirección estratégica descansará en una “cabeza iluminada” que sería él.
Bueno, desde que inicio su “liderazgo” solo ha cultivado derrotas. Leonel, primero lo derrotó en la primera vuelta y ahora lo deja sin representación senatorial. Pero el hombre, como es un líder sin vocación, al que la intuición le falla, siempre, lanza el discurso de que el PRD avanzó, se niega a reconocer su incapacidad y sus derrotas y se enfurece cuando le piden la renuncia.
Yo, como intelectual, tengo muchos años sosteniendo la tesis política de que “la estabilidad económico social del pueblo dominicano no depende de quien esté en el gobierno, sino de que el PRD esté en la oposición”. Déle un vistazo a la historia dominicana desde el 1978 para acá y verá con claridad lo que acabo de decirle. Y como los quisqueyanos somos amantes de la poesía, la música y la libertad y con esos tres valores en nuestras almas queremos vivir en paz, lo que más nos conviene es tener un PRD fuerte, pero en la oposición. Que el partido blanco este dirigido por un Mal donado sin vocación es una bendición de los cielos, es un padre nuestro que nos asegura paz y tranquilidad. Y que sea por los siglos de los siglos.
http://dominicanoshoy.com/articulos/archivos/2010/mayo/articulo/en-el-prd-liderazgo-sin-vocacion/
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