Orlando Gil
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La arrogancia
La dirección de Miguel Vargas desde el primer momento se caracterizó por una alta dosis de arrogancia que le incapacitaba para abrirse a otras opiniones y le impedía buscar consensos en un partido que se fundó y creció sobre la base de la diversidad. Había también elementos de autoritarismo, pero esa parte era buena si se manejaba adecuadamente, pues los perredeístas estaban necesitados de disciplina. Disciplina era una cosa, prepotencia era otra, muy distinta.
Por ejemplo, hubo un informe de la Comisión Conjunta que nunca fue conocido y mucho menos llevado a la práctica porque el presidente del partido consideró que su liderazgo era suficiente para “avanzar en el 10 y ganar en el 12”. No había, por tanto, que organizar nada ni prepararse como en ocasiones anteriores para echar la pelea con una fuerza desatada que había aprendido que los recursos del Estado era sábana suficiente para cubrirlo todo. El PLD calculó las elecciones pulgada por pulgada, y supo con anticipación su verdadero avance y sus posibilidades de triunfo...
El lobo
¿Cómo podía el PRD enfrentar sin un mínimo de organización a un partido que como el PLD contaba con un padroncillo y conocía la afiliación política del votante dominicano casa por casa o manzana por manzana? Pues así ocurrió. El informe de la Comisión Conjunta (que incluye los departamentos de Educación, Electoral, etc.) fue desestimado por lo que se consideró era un alto costo, sin darse cuenta de que si no se entrenaban los cuadros, no había manera de salir airoso.
¿Dónde se han dado las situaciones de conflicto? En las mesas electorales. Uno de los candidatos ganadores se dio cuenta a tiempo del problema, y se agenció con sus propios recursos los delegados de un partido pequeño, de manera que defendieran sus votos. Ese no se cuidaba del PLD, sino de sus propios compañeros de ruta, que temía pudieran hacerle coca, como sí a otros que se confiaron en los delegados del partido. Desde hace un buen tiempo el PRD aprendió del PRSC que las elecciones se deciden en las mesas, solo que ahora se descuidó y el voto preferencial despertó en cada compañero el lobo que llevaba adentro…
Las fallas
Miguel Vargas se olvidó que la noche del 16 produjo un documento en que felicitaba al pueblo dominicano y a los perredeístas por la conducta observada ese día, en que reconocía que el partido había avanzado como estaba previsto, a pesar del uso abusivo de los recursos del Estado, y que el futuro era propicio para alcanzar las metas propuestas para las elecciones del 2012. Sin embargo, después se contradijo e inició la actual campaña. No hay dudas de que ese pronunciamiento fue redactado con anterioridad al cierre de urnas, o de que contaba con informaciones que no provenían de sus propias fuentes, y que después se le hizo ver que se estaba entregando sin disparar ni un tiro. Lo mejor de todo era que esa actitud respondía a otro hecho igualmente preocupante: el PRD no disponía de cómputos confiables, o simplemente no tenía contabilidad. Ahora se descubre que desmanteló su centro de cómputos poco antes de las elecciones, y que mudaron los equipos a un local rentado a Wilfredo Alemany. Incluso, ese negocio es objeto de chisme entre perredeístas...
Los negocios
El grupo que rodea a Miguel Vargas tiene nombre propio. Lo llaman Los Insaciables, como si fuera el título de una novela de Harold Robbins, pues se dice que de todo hacen un negocio. No sólo está el local del centro de cómputos, sino que se habla de una publicitaria que fue adquirida para fines de colocación del material de propaganda. La comisión no hay que suponer a cuáles bolsillos fueron. Además, se habla de uno que se exilió en Miami con el propósito de no participar en los debates post electorales, como forma de preservarse y postularse para una de las vacantes que estarán en juego. Cada cual anda buscando ventajas, y así quieren que los perredeìstas como tontos útiles se lancen a las calles…
http://www3.listindiario.net/puntos-de-vista/2010/5/29/143944/La-arrogancia-en-un-partido-que-se-fundo-en-la-diversidad
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