Carlos Arturo Guisarre
Los cibernáutas estamos atentos a la evolución en el Congreso de República Dominicana del proyecto de ley que plantea el desmonte de todo impuesto al servicio de Internet, introducido por el diputado Pelegrín Castillo, de la Fuerza Nacional Progresista.
La presión fiscal que soporta el Internet en República Dominicana consiste en el 16% del Impuesto sobre la Transferencia de Bienes y Servicios (ITBIS), un 10% de un impuesto selectivo a las telecomunicaciones (que maneja la Presidencia) y un 2% al Fondo de Desarrollo de la Telecomunicaciones (que maneja el Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones “INDOTEL”). En total, un 28% de gravamen tributario.
La comunidad conectada apoya la iniciativa de la tasa impositiva cero al Internet, porque disminuiría el costo de la factura en por lo menos el 28% de impuestos. No obstante, ese ahorro no está garantizado, puesto que los legisladores deben asegurarse de varias cosas antes de votar.
Las empresas de telecomunicaciones interactúan en el mercado como un oligopolio, es decir, que acuerdan colocar barreras de entrada altas a competidores futuros, además de que fijan precios más altos de los que habría en un competencia perfecta.
El Congreso de la República no hace ningún bien a la población, si se aprueba la tasa cero al Internet y se mantiene el oligopolio, ya que el ahorro por la vía de impuestos no será percibido por la población.
Antes de votar a favor de la tasa cero al Internet, los congresistas deben verificar con precisión a quiénes beneficiarán: a la población que por faltas de ingresos no puede acceder a este importante servicio o a las grandes corporaciones que ya se llevan millones sin ofrecer la mejor plataforma de conectividad.
http://economiapais.wordpress.com/2010/07/14/antes-de-votar-por-la-tasa-cero-al-internet/
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