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Acaba de concluir el Clásico Mundial de Béisbol, con una resonante victoria de los dos equipos orientales que clasificaron en la primera ronda: Japón campeón y Korea sub-campeón. Este evento dejó grandes aprendizajes para todos. Aprendizaje que humildemente, todos debemos asimilar, estudiar, aprender y poner en práctica. Saber qué hacen ellos que nosotros no, cómo asumen sus compromisos, qué los hace diferente.
Y, me refiero principalmente a la República Dominicana, que siendo la potencia productora por excelencia de grandes estrellas beisbolísticas, fuimos eliminados de manera increíble, en la primera ronda el clásico.
Pero no sólo nuestro país debe revisarse. También, los Estados Unidos de América, inventores y dueños del juego. Los que se dan el lujo de hacer un campeonato local, interno, de su país, con apenas un equipo canadiense,(Toronto), y a la serie decisiva llamarla por el pomposo y falso nombre de Serie Mundial!.
También hay que llamar la atención sobre los otrora invencibles cubanos, los venezolanos, los puertorriqueños. Qué pasa por este lado del mundo qué no pasa por allá?. Qué hacen los peloteros de allá, que no hacen los de aquí?. Quién enseñó a dirigir a los managers de ese lado del mundo?.
O la diferencia está en el nivel de compromiso con que ellos asumen su papel en este tipo de eventos?. Será la mística de trabajo lo que marca el resultado final?. Estas son interrogantes que podrían ser valederas. No lo creen ustedes. Amigos lectores?.
Yo, que no soy un técnico en el deporte, ni nada parecido, que nunca jugué pelota, aunque claro está, me he pasado la vida viendo y oyendo transmisiones, tanto en la pelota local, como en la famosa y a veces cuestionada gran carpa, quiero dar mi versión. Punto de vista que, quizás coincida con muchos dominicanos, que sabemos que, individualmente no somos segundos de nadie en términos beisboleros, pero que como equipo, siempre hemos sido algo más que un desastre.
¿Qué hace grande a los orientales?. Creo sin ningún género de dudas que, la respuesta es…. EL AMOR. Sí, el amor a su país, a su uniforme, su entrega total a la causa. LA SERIEDAD, con que asumen sus compromisos. LA DISCIPLINA de que hacen gala, cuando se someten a las reglas del orden establecido y lo demuestran cumpliendo fielmente con las tareas asignadas.
Otra variable, sin duda, es la LA INTELIGENCIA demostrada en cada turno, en cada lanzamiento, en el corrido de las bases…. hasta en la forma de desprenderse de la bola: siempre tienen la vista puesta en la bola, no parpadean, no se distraen, no les importa si el público está con ellos o con el contrario. No se deja intimidar por el escenario, están en lo que tienen que estar.
Otra razón podría ser LA DEDICACION. Cuando deciden hacer algo, lo hacen, sin importar las dificultades, los inconvenientes, siempre, tratan de hacer lo correcto, Además, son conscientes de SU POTENCIAL: Conocen sus aptitudes y sus capacidades, saben hasta donde pueden llegar, y se comportan adecuadamente.
Podriamos señalar otros aspectos, pero solo mencionaré uno más: Son conscientes de la importancia de EL EQUIPO. Trabajan como un todo integrado, saben los beneficios del trabajo en equipo y dejan de lado las individualidades. Saben la importancia de la integración. Tienen clara conciencia de que un juego se gana entre todos, no andan queriendo resolver cada quien, de un solo batazo, el batazo de cuatro esquina, para salir de eso, todo lo contrario, son expertos en el llamado juego chiquito, es decir, haciendo las pequeñas cosas, pero haciéndolo bien. tomar una base por bola, un toque, colocar la bola en movimiento, batazos cortos detrás de segunda, de tercera, hacer avanzar a su compañero en base, en fin, los orientales nos acaban de dar una lección: El protagonista es el país que representan y hacerlo quedar bien, dejando de lado las ínfulas de estrellas y los intereses particulares.
Pero, estos resultados, no deben de amargarse, incluso nosotros, los dominicanos, que no llegamos ni cerca de los orientales, nosotros que nos despachó en equipo de béisbol de un país donde lo que se juega es fútbol. Estos resultados deben de darnos una lección de humildad y de hacernos ver la necesidad de revisarnos.
Ustedes se imaginan que nosotros le ganemos en fútbol a Brasil?. ¿Verdad que no?. Pues, eso nos pasó a nosotros/. De todos modos, no es para llorar. Esta es una oportunidad de aprender para en el futuro, para el próximo clásico. Que tal si pensamos en algunas medidas, como por ejemplo:
1. Hacer una campaña de toma de conciencia entre los “grandes ligas”, tendentes a la necesidad de que respeten el compromiso con su país y lo que significa ser un embajador deportivo.
2. Debemos exigir un nivel mínimo de escolaridad antes de firmar un muchacho. Eso de que el niño dejó la escuela para jugar pelota y que vengan y lo firmen, sabiendo todo el mundo que la posibilidad de que vuelva para atrás, sin nada en las manos son altísimas. Los prospectos deben ser por lo menos bachilleres.
3. Debemos finalmente llevar el deporte a las escuelas: si quieres jugar, primero debes estudiar, sino sale pelotero, que tenga otras opciones en la vida, tal vez mucho más importante que darle duro a una pelota.
4. Debemos enseñarle a nuestro jóvenes a amar a su patria, su bandera. Llenar sus corazones de amor por la patria, que sepan que la bandera no es para amarrársela en la cabeza, como si fuera un pañuelo, sino para llevarla en el corazón y dar todo por ella, hasta la vida, si fuese necesario.
5. Y, como en cuatro años estaremos en lo mismo, quiero sugerir, que desde ya, se nombre el manager del equipo del próximo clásico y quiero proponer a Pedro Martínez. Sí, al pitcher Pedro Martínez, desde ahora. Razones?: Su dedicación y la seriedad con que siempre ha asumido su profesión. Porque al principio de su carrera, fue subestimado por su equipo original, supuestamente por no tener el físico adecuado.
Otras razones?: Porque demostró que es mejor la inteligencia, la disciplina y el coraje, que la fuerza bruta. Por el respeto que inspira, por los grandes conocimientos que desde ya demuestra del juego. Además, porque es el pelotero dominicano más parecido a los orientales: organizado, que no anda por ahí bebiendo, ni haciendo desordenes, ni privando, ni discotequiando, y por tanto, en 4 años, es mucho lo que puede conseguir de sus compañeros, los cuales sienten por el un cariño extraordinario.
Debemos aprender de los orientales, saber como hacen las cosas, ir allá, verlos trabajar, ver que hacen en los entrenamientos que no hacemos por aquí. Y, por qué no?.Contratar uno que otro entrenador japonés, o koreano, y sobre todo, tener una preselección permanente, de por lo menos de 60 peloteros y reunirlos todos los años, concentrándolos con por lo menos 15 días de antelación al inicio de los entrenamientos de primavera e ir trabajando, no sólo con su físico, sino con su mente, con su educación cívica. En fin, darle un poco de lo que la sociedad le negó de niño y que ahora, con tanto dinero, en vez de tener todos sus problemas resueltos, se les han creado otros que el dinero no puede resolver. (El autor es Lic. en Educación, con especialidad en Gestión Escolar)
Autor: Manuel Almánzar Castillo
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