sábado, 14 de marzo de 2009

La erradicación del analfabetismo

Por JORGE HERRERA*
*EL AUTOR es comunicador y abogado.


¡Enhorabuena, señor secretario!. El mejor indicativo para evaluar una buena gestión de gobierno debe ser el nivel educativo, académico y tecnológico, logrado en el período para el que se recibió el mandato, no importa cómo piense el mandatario. Su ejercicio debe ir en la dirección de lograr un grado de desarrollo que proporcione una mejor calidad de vida.
De ahí la trascendencia del alentador anuncio del secretario de Educación en el sentido de que esa cartera trabaja en coordinación con el Gobierno cubano en un plan que tiene como “fecha fatal” octubre de 2012, para alfabetizar cada año 250 mil dominicanos con bachilleres especializados, y así tratar de reducir a la mínima expresión un millón de adultos analfabetas que aún carga con el pesado fardo de la ignorancia.

Hasta prueba contraria, el grado de desarrollo de los países se determina en función de su Producto Interno Bruto (PIB) y el ingreso “per capita” de sus habitantes. Si el PIB de nuestro país anda por los 350 mil millones de pesos al año y lo que recibe cada dominicano en el mismo lapso es, más o menos, 10 mil pesos, el cálculo revela la desigualdad real entre los extremos de riqueza y de pobreza.

El ejercicio retórico es válido, en tanto es inconcebible que los beneficiarios de la burguesía reciban sólo la irrisoria suma que recibiere la gran masa de sub-empleados y desempleados, que actualmente registra la estadística laboral. Sólo un cretino puede aceptar como cierta semejante falacia; por demás interesada.

Desde hace tiempo se habla de países desarrollados y subdesarrollados; no hace tanto, se diría que de forma medalaganaria, apareció un estadio intermedio: el de los “países en vía de desarrollo”. Pienso que lo de países en vía de desarrollo es algo subjetivo; nunca se han definido los parámetros que determinan cuándo se está en ese proceso.

Estoy convencido de que ese estadio es uno de los tantos sofismas que creó la perversidad maniqueísta en contraposición al principio definitorio que sostiene la cultura inglesa: “To be or no to be”. De donde deriva que se es desarrollado o no.

En el continente americano sólo Estados Unidos y Cánada son desarrollados, y únicamente Argentina alcanzó niveles de desarrollo comparables en tiempos de Perón y Frondizi. Sin embargo, extrañamente, se produjo un proceso involutivo, y hoy la tierra de San Martín es considerada “en vía de desarrollo”, como México, Brasil, Venezuela y Colombia, pues se les bloquea el crecimiento, no obstante su capacidad real y su potencial incuestionable.

Lo que acontece con los llamados países en vía de desarrollo, es que se les retranca el avance, y los adelantos logrados a veces en bien de la humanidad antes de ser respaldados con el entusiasmo propio de los que ganan una batalla contra el mal, el poder hegemónico del Imperio les obstaculiza con odio mefistofélico. El ejemplo de Cuba evidencia lo planteado de manera inequívoca.

Sin embargo, ahora con el concurso cubano, el país al igual que Bolivia hace cuatro años, tiene la oportunidad de elevar el nivel educativo de un millón de dominicanos que para el 2012 habría derribado definitivamente la muralla ancestral del obscurantismo.

*Reproducido de El Nacional

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