La crisis y el futuro inmediato

Por Euri Cabral
21 de Mar 2009 12:00 AM

La mayor parte de los organismos económicos internacionales prevén que persistirán los graves efectos negativos de la peor crisis económica que ha vivido el capitalismo.

Esos mismos organismos que, como el caso del Fondo Monetario Internacional, experimentaron un silencio cómplice mientras se desarrollaba la crisis norteamericana, ahora expresan que las grandes economías del mundo experimentarán un significativo descenso.

De estos organismos internacionales podemos afirmar que hasta cierto punto actuaron de manera un tanto irresponsable, ya que a las economías latinoamericanas le pedían muchas regulaciones y exigencias extremas de control, pero eso nunca se lo exigieron a economías como la norteamericana o la inglesa, y esa falta de controles fue una de las principales causas de la debacle de esos dos países que tiene hoy al mundo en vilo.

El FMI debió intervenir la economía norteamericana cuando los bancos y las grandes corporaciones de seguros colapsaban como castillos de naipes ante la creación de una burbuja del mercado inmobiliario.

Pero no lo hizo. Guardó un silencio cómplice y ni siquiera fue capaz de aportar una idea mínima de solución de este grave conflicto.

Ahora, cuando el Estado norteamericano encabezado por Barack Obama desarrolla un plan de emergencia para hacer reaccionar la economía de ese país, el FMI anuncia que todo lleva a que la crisis será peor este año y que nadie sabe a ciencia cierta lo que sucederá el año próximo.

Particularmente creo que el FMI ha errado en sus apreciaciones y que si bien todavía no se sienten síntomas muy claros de la recuperación económica, entiendo que a partir del tercer trimestre de este año las cosas deben y tienen que empezar a mejorar, para bien de la economía norteamericana y para bien de todos los países latinoamericanos que tenemos a esa nación como uno de nuestros principales mercados.

Para hacer esta afirmación tan categórica y para muchos tan optimista, me baso en el hecho de que el centro donde se generó la crisis, Estados Unidos, está siendo objeto de una inyección económica de proporciones históricas y resulta imposible que en términos de mediano plazo no haya una reacción positiva a esa inversión.

No es posible que una economía no reaccione a una entrada en su ciclo productivo de más de US$700 billones (si partimos del hecho de que un billón son mil millones).

Si a eso le agregamos que el nuevo equipo económico de Obama está tomando correctivos frente a las incorrectas decisiones del pasado, está bajando el abultadísimo gasto militar que los republicanos llevaron a niveles exorbitantes, está empeñado en generar empleos, en ponerle impuestos a las grandes corporaciones, en facilitar la creación de nuevas empresas a través de bajas impositivas y en reducir el abultadísimo déficit fiscal, de seguro que la economía norteamericana tendrá un respiro a finales del presente año.

Y ese respiro será muy positivo para nosotros, pues nuestra economía está umbilicalmente ligada a la norteamericana.

Si unido a esa situación el Gobierno dominicano sigue haciendo un gran esfuerzo para que el turismo, la minería y otras áreas continúen atrayendo capitales, para incrementar los niveles de exportación y de competitividad, para aumentar los niveles de calidad del gasto público y continuar desarrollando una eficaz política monetaria, los efectos de la crisis no afectarán tan duramente el futuro inmediato de nuestra nación.
Euri Cabral es comunicador y economista

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