jueves, 19 de marzo de 2009

La batalla consolidadora de la separación


Hoy/ Wilson Morfe

18 Marzo 2009, 10:39 PM

Mucho se ha hablado de la retirada de las tropas dominicanas

Escrito por: FABIO R. HERRERA-MINIÑO

Tan pronto en Puerto Príncipe se enteraron de que la parte oriental había decidido sacudirse de la unión forzada de 22 años con occidente, el gobierno haitiano de Herard se preparó para recuperar su dominio y en tres gruesos ejércitos de 10 mil hombres cada uno invadieron por Neyba, Elías Piña y Dajabón la que hasta el 27 de febrero había sido su colonia.

La escasa población dominicana se preparó para resistir la arrolladora embestida tan mayoritaria de una raza que no tenía lazos de afinidad en creencias y costumbres, lo cual galvanizó la emoción de ser libres de un pueblo que iba a hacerle frente en el sur a dos ejércitos de 20 mil hombres y por el Cibao a 10 mil soldados de Pierrot fuertemente armados y disciplinados.

Las tropas haitianas del sur, en su división de Neyba, encontró una fuerte resistencia y en la Fuente del Rodeo se escenificó el primer encuentro con las bisoñas tropas dominicanas, que sin preparación, pero sí con valor increíble frenaron el avance occidental del general Souffran, que se concentró en Neyba, impidiéndolo llegar a la entrada de Azua para el 18 de marzo como se había acordado con el ejército que comandaba el presidente Herard.

Hace 165 años que unos tres mil dominicanos, con apenas dos cañones y sin conocimientos de estrategia y organización de combate y con un general con más miedo que vergüenza, que lo era Pedro Santana, enfrentaron un organizado ejército que comenzaba a sufrir las consecuencias de carencias de alimentos y de largas y agotadoras marchas; luego de dos horas de duros enfrentamientos se produjo una tregua para que los combatientes recogieran a sus heridos y muertos.

Los dominicanos reflexionaron de la hazaña realizada en momentos en que los haitianos se atrincheraban a la salida occidental de Azua y los dominicanos se replegaron hacia Sabana Buey.

Consideraron que dejando atrás guerrillas en El Número y El Memizo y barcos armados a orillas del camino de Hatillo a Palmar de Ocoa en la bahía, estaban en condiciones de contener el avance enemigo.

Mucho se ha escrito de la retirada de las tropas dominicanas hacia Baní y lo consideran como un error de Pedro Santana, e incluso resistió las urgencias de Juan Pablo Duarte de perseguir las tropas derrotadas de Haití, que ya estaban diezmadas por la masiva deserción de sus filas. Queda para nosotros, y la posteridad, los síes condicionantes de lo que pudo haber sido un avance persecutorio, pero la lógica indica que perseguir tropas más numerosas, derrotadas y degradadas en su disciplina, hubiese resultado contraproducente ya que el hombre al sentirse acorralado se convierte en una fiera.

La batalla del 19 de marzo de 1844 preparó los cimientos de la solidez e intenciones de los dominicanos que se habían separado el 27 del mes anterior y le dejó claro a los haitianos que ya no tenían al pueblo sumiso que en 1822 los habían recibido con entusiasmo para que los abusos de la ocupación de 22 años se transformara en un repudio y reviviendo las matanzas de Dessalinnes en 1806, en una iglesia de Moca.

http://67.199.16.148/opiniones/2009/3/18/270656/La-batallaconsolidadora-de-la-separacion

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