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En una entrega anterior decíamos que por Política Exterior se entiende el conjunto de objetivos que establecen los creadores de decisiones de un Estado con respecto al comportamiento de otros Estados o entidades internacionales, y que están encaminados a alcanzar metas específicas definidas en términos de los intereses nacionales.
Y en esos intereses Trujillo aprovechó todos los escenarios internacionales para colocar el nombre de la República Dominicana. Impulsó una dinámica de apertura. En el 1930, las misiones diplomáticas no llegaban a la docena, luego en el 1958, existían 31 misiones diplomáticas, y 59 oficinas consulares rentadas.
Al finalizar la época del dictador Rafael Leónidas Trujillo y hasta el triunfo del Dr. Balaguer en 1966 la inestabilidad Política impidió que nuestro país desarrollara una política de sus relaciones exteriores.
Los problemas impedían prestar atención a los asuntos externos, es decir las oportunidades que las relaciones pudieron brindar no fueron aprovechadas por las amenazas internas, lo fundamental era la estabilidad interna.
A todo esto se le agrega que el Estado Dominicano no pagaba las cuotas en los organismos internacionales, algo que si bien es cierto fue una política de Balaguer, se venía arrastrando desde antes, razón por la cual hasta perdía el derecho al voto en sus órganos de decisión.
Puede afirmarse que en este período el país en materia de relaciones exteriores, además de desaprovechar oportunidades inició el camino del autoaislamiento de participar plenamente en los organismos internacionales.
Luego siguieron los doce años de Balaguer con una política exterior contradictoriamente coherente e incoherente a la vez porque aceptó de buena gana toda la ayuda exterior, especialmente de Estados Unidos. Coherente también porque mantuvo estrechos lazos diplomáticos y políticos con los países latinoamericanos cuyos modelos eran similares. Incoherente porque no ofreció las facilidades para el desarrollo de un servicio exterior de calidad.
Veamos un ejemplo de esa contradicción. En su discurso de toma de posesión el primero de julio del año 1966 el presidente Balaguer dijo lo siguiente. Cito. “En el campo internacional nos pronunciaremos abiertamente a favor del mantenimiento de las relaciones diplomáticas con todos los países de América…… No implica esto la aprobación alguna de su régimen interno, y a favor, asimismo, del establecimiento de relaciones de índole estrictamente comercial…..”
Este fragmento citado, según la analista en su libro de política exterior dominicana Mu-Kien Adriana Sang, en los análisis de la documentación encontrada en los depósitos de la Cancillería, revela que la distancia entre compresión y aplicación era muy grande. El servicio exterior dominicano en los doce años no fue entendido como una necesidad nacional.
Mas luego, el presidente Dr. Jorge Blanco ante un discurso en la Asamblea Nacional, el 27 de Febrero del 1986 dijo lo siguiente. Cito. “Nuestra presencia en la comunidad internacional al asumir el poder en 1982 era mínima y cuestionable, y en gran medida de nos miraba como una nación incapaz de forjarse una identidad propia en el ámbito externo.”
Lo que significa que en el gobierno de concentración nacional se inició una significativa presencia activa en los movimientos regionales y en la diplomacia internacional. Fue más activa que la del presidente Don Antonio Guzmán, aunque no más que la del Ing. Don Hipólito Mejía por los acuerdos y encuentros registrados en ambos gobiernos.
Estos encuentros invitan a una reflexión, y no la hace quien escribe, fue el actual presidente de la República Dr. Leonel Fernández Reyna, y la hace en el II seminario sobre política exterior celebrado en la cancillería el 13 de enero del año 2006, el mismo se planteó lo siguiente, Cito; ¿Cual es el lugar de la República Dominicana en el mundo? Y ¿Cuáles son los intereses de la República Dominicana en el sistema internacional? Nos decía el presidente en ese entonces que si podíamos responder a esas dos preguntas podemos trazar lineamientos de política exterior.
Es por eso que se explica que ha sido el presidente Leonel Fernández quien desde que asumió por primera vez en 1996, ha encaminado su política en romper con el aislamiento internacional a que había sido sometido la República Dominicana. Ese aislamiento frenaba, y de hecho lo hizo, el crecimiento económico, limitaba las ofertas de bienes y servicios en el mercado exterior y nos mantenía de espalda a nuestros vecinos y ausentes en los organismos internacionales.
Hoy en día las cosas siguen cambiando nuestro país está presente en todos los foros internacionales, el presidente Dr. Leonel Fernández ha encabezado los esfuerzos, convirtiéndose en el principal promotor de la nueva República Dominicana en el exterior. En este esfuerzo, nuestro canciller Ing. Carlos Morales Troncoso y la Secretaria de Estado de Relaciones Exteriores ha sido su soporte.
Es por eso que nuestro presidente ha dicho Cito. “Que ningún país puede vivir en aislamiento, tras indicar que las posibilidades del desarrollo y el progreso están dadas por la capacidad que tengamos para insertarnos en los mercados internacionales y en el mundo global en sus diversas manifestaciones”
Los últimos cuatros años has sido bautizados como un período de logros donde nuestro canciller Don Carlos Morales Troncoso, afirmó que el trabajo desarrollado durante la gestión 2004-2008, no fue personal, sino colectivo debido a la certeza de las líneas maestras de política exterior trazadas por el presidente Leonel Fernández y a la dedicación de los funcionarios y empleados que asumieron con sus deberes.
El autor es Ministro Consejero de la Embajada de República Dominicana en Brasil
Autor: Jeovanny Terrero
http://www2.elnuevodiario.com.do/app/article.aspx?id=145247
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