Por Celso Marranzini
2 de Mar 2009 12:00 AM
La semana pasada, la Embajada de Estados Unidos puso a circular un informe donde se exponen serias críticas al país en los aspectos de seguridad, corrupción, narcotráfico, régimen carcelario, torturas e institucionalidad.
Se refieren a situaciones que conocemos y deseamos resolver, de hecho, muchas de éstas fueron tratadas en la reciente Cumbre, en la que se llegó a acuerdos que esperamos se lleven a la práctica para bien del país.
Todos los países, incluyendo los Estados Unidos, tienen sus fortalezas y debilidades.
En los últimos años, esta nación ha disminuido su posición hegemónica en el mundo debido a graves errores cometidos en los planos económico y político.
El manejo irresponsable de la economía generó un déficit presupuestario de tal magnitud que, en otras circunstancias, hubiera provocado una intervención del Fondo Monetario Internacional.
Más aún, las ingenierías financieras inventadas por ideólogos norteamericanos, permitían que cualquiera adquiriera una vivienda sin tomar en cuenta su capacidad de pago; enormes fondos de inversión se esfumaron poniendo en riesgo la estabilidad de la economía norteamericana y la de la economía mundial.
Nadie ha sido sancionado por la crisis generada por las hipotecas subprime y el responsable del mayor escándalo financiero, Bernard Madoff, solo ha recibido prisión domiciliaria.
Tambien esta nación fue arrastrada a una guerra en busca de armas de destrucción y químicas en Irak, donde no se encontró otra cosa que la intención de los norteamericanas de controlar el mercado petrolero y de conceder contratos de grado a grado para la reconstrucción de este país a la Halliburton, compañía que desde hace años aparenta no tener ningún tipo de control.
Es más fácil ver la paja en el ojo ajeno. Los Estados Unidos no se encuentran en posición de juzgar y dar recetas al resto del mundo.
¿Cómo pronunciarse sobre las torturas cuando fueron fuertemente criticados por las acciones en la base de Guantánamo, clausurada hace poco por el nuevo presidente? En cuanto al narcotráfico, recordemos que es éste el territorio de mayor consumo de drogas.
Además, invirtiendo grandes recursos para combatir este flagelo en México, Centroamérica y Colombia, pero destinando cantidades insignificantes en nuestro país para este mismo fin, lo que ha conseguido es que los narcotraficantes hayan cambiado su radio de acción hacia nuestra nación.
Somos los dominicanos que debemos trabajar mirando hacia el futuro, sin necesidad de que otros nos señalen nuestros problemas.
Celso Marranzini es empresario
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