¿Una incongruencia de Miguel?

Por Namphi Rodríguez
4 de Mar 2009 12:00 AM

Cuando leí la información, me quedé perplejo. ¿Qué Leonel trató de ocultar la crisis? Pero, -me dije- si lo que he escuchado en los últimos meses ha sido una profusa campaña del presidente para concienciar a la población sobre la magnitud de la misma.

Sin embargo, me dispensé la tarea de entrar a Internet para “googlear” el discurso y leer sus treinta y una páginas. Al fin y al cabo, soy de los que aún no han superado esa propensión irremisible a ver la palabra escrita como axiomática.

¡Oh sorpresa! No sólo era cierta mi percepción sobre el hecho de que el presidente Leonel Fernández había dedicado la mayor parte de su alocución a contextualizar la crisis y a identificar los desafíos que afronta el país, sino que la pieza retórica del mandatario es un valiosísimo aporte pedagógico para comprender la enorme dependencia de nuestra pequeña economía de los choques externos.

¿Entonces, de dónde sacó Miguel Vargas Maldonado que el presidente Fernández trató de ocultar la crisis? A todas luces, semejante “chamba” es un error, un dislate que deja malparado al ex candidato del PRD.

Sin embargo, luego reflexioné.

Es el resultado de la incomprensión del tema que tiene Miguel y de la ausencia de un pensamiento económico en esa organización.

Y si no, piense el lector en las diferencias abismales que separan las visiones de economistas como Andy Dahuajre, Arturo Martínez Moya y Carlos Despradel.

Por cierto, de este último acabo de leer el excelente libro “Cuarenta Años de Economía Dominicana” y descubro que, lo mismo que el presidente Fernández, este ex funcionario de los gobiernos del PRD cree que las causas principales de las crisis de la economía dominicana tienen que ver con la alta dependencia del sector externo y no con factores internos.

Es decir, que no es cierto que hubo un manejo inadecuado de las políticas fiscal y monetaria –como se nos dijo-, sino que, muy por el contrario, la coordinación de ambas ha sido la clave del éxito del actual Gobierno, muy por el contrario a lo que pasó en el gobierno de Hipólito Mejía y Miguel.

Pero, también, dónde está la explicación que Miguel Vargas nos debe sobre el manido tema de la nómina pública, cuando se nos dijo hasta el hartazgo que era supernumeraria y que estaba “derrengando” el presupuesto.

Ahora pasa que el Gobierno del que él fue ministro tuvo una nómina que casi duplicó la actual.

¿Por qué hay tantas incongruencias en la interpretación de Miguel al discurso del presidente? ¿Chamba o estrabismo político? ¿Sofisma para denostar al otro? ¿O, simplemente, no leyó el discurso para hacer una ponderación razonable?

Tengo la aprensión de que lo que pasó fue lo último. Miguel Vargas no leyó el discurso del presidente Fernández.

Es más, me da la impresión de que su respuesta fue elaborada por los llamados “asesores” previo a la alocución.

Creo que este es un asunto serio, porque si hubo un factor determinante para que Hipólito no pudiera acertar ni siquiera en el cambio de horario laboral que intentó implementar en su gobierno, fue por la escasa compresión que tuvo de la realidad nacional.
Namphi Rodríguez es periodista y abogado

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