Los países industriales no desean disminuir sus emisiones de gases
La pasada semana en el estado insular de las islas Maldivas en Asia se celebró un dramático y singular consejo ministerial, ya que el mismo se efectuó bajo el agua en el océano Índico. El presidente Mohamed Nasheed y su gabinete, vestidos con trajes de neopreno, gafas de buceo y escafandras de buceo, sentados en butacas de cuero y mesas de madera, alertaron al mundo de su desesperada situación ante la subida del nivel del mar como consecuencia del calentamiento global del planeta. Este grupo de islas, que viven exclusivamente del turismo, y cuya elevación máxima sobre el nivel del mar es apenas de dos metros, están destinadas a desaparecer si se cumple el pronóstico de los científicos sobre el deshielo de los polos que aumenta considerablemente el volumen de los océanos, quedando en pocos años este archipiélago sumergido bajo el mar.En esta original reunión submarina, los participantes firmaron una declaración, pidiendo a los demás países del planeta que tengan en consideración los riesgos que significa el calentamiento global y las emisiones de gas carbono contaminantes. El sobrecogedor documento será presentado en el mes de diciembre en la Cumbre de la ONU sobre Cambio Climático que se celebrará en Copenhague, Dinamarca. En esta reunión también se trajo a colación la necesidad de los 312,000 habitantes de comprar terrenos en la India, Sri Lanka o cualquier país vecino que los acoja en el caso de que lo predecible suceda en lo inmediato.
No deja también de llamar la atención, que otras islas del Pacífico están en condiciones similares. Tal es el caso de Naurú, en donde la extracción de fosfatos ha hecho que este atolón casi se convierta en un lago y sus autoridades han decidido comprar terrenos y edificios en Australia, que permita a sus habitantes sobrevivir cuando ya no quede nada que tenga valor comercial en este islote.
Según afirma Rain Forest, la deforestación que se está llevando a cabo en el globo terráqueo, expide más dióxido de carbono en la atmósfera, que todos los vehículos, aviones y buques juntos; poniendo en peligro la biodiversidad, ya que la floresta absorbe hasta el 10% de las emisiones de carbón del hombre cada año. Aquí se presenta la disyuntiva en la Amazonía brasileña. Los países industriales, principales contaminadores, de manera egoísta no desean disminuir sus emisiones; sin embargo, se han unido para tratar de impedir que Brasil explote comercialmente su territorio amazónico, ya que pudiera poner en peligro de manera acelerada el cambio climático en el mundo.
Los científicos han comprobado de manera contundente, el deshielo en los polos que está causando el aumento de los océanos y por ende, el que el mar ocupe cada día más terrenos. En nuestro país, esto se puede observar en lugares turísticos como Las Terrenas, Cozón, Río San Juan, Gaspar Hernández y en general, en toda la costa norte. No ha valido el protocolo de Kioto, el Millenium de Río y las diferentes conferencias que sobre el respecto ha convocado las Naciones Unidas. Debemos cruzar nuestros dedos para que la reunión de diciembre en Copenhague sea un éxito, de lo contrario, miles de islas como las Maldivas están condenadas a desaparecer en muy corto plazo. Ojalá la sensatez y el sentido de solidaridad conmueva a las naciones ricas e industrializadas y le pongan un alto a la contaminación
http://67.199.16.148/opiniones/2009/10/26/299362/El-calentamiento-del-planeta-un-peligro-real
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