Vinicio A. Castillo Semán
El asesinato de tres personas el viernes pasado a las tres de la tarde, incluyendo el dueño de la Reposteria La Francesa, en plena avenida Abraham Lincoln, es un mensaje claro a los ingenuos que en este país creen que la batalla contra el crimen organizado se va a ganar con la mal llamada “mentalidad liberal” en el aparato y normas procesales penales que se ha entronizado en el país y que no ha hecho otra cosa que acercarnos aceleradamente a un proceso similar al de México y Colombia.
Las preguntas que se caen de la mata ante este nuevo estremecimiento de la sociedad y el nuevo desafío que éste representa, son: ¿Está preparado el Estado Dominicano para responder adecuadamente al insolente y todos los días más audaz crimen organizado, que se agrupa fundamentalmente alrededor del multimillonario negocio del tráfico ilícito de drogas? ¿Está nuestro aparato judicial (jueces y fiscales) respondiendo adecuadamente de forma drástica a estos hechos espantosos? ¿Están rodeados estos magistrados de la protección permanente del Estado para llevar a cabo tan riesgosa tarea? ¿Se está impartiendo en la Escuela Nacional de la Magistratura y del Ministerio Público la mística necesaria para adoctrinar a nuestros jueces y fiscales de que no están enfrentando hechos criminales comunes, sino un verdadero poder organizado, con ramificaciones internacionales? ¿Puede alguien pensar, en su sano juicio, que este tipo de organización criminal se va a enfrentar con éxito con normas procesales blandengues, garantistas al extremo, que le imponen a la investigación y persecución del crimen organizado restricciones de tal magnitud, que terminan favoreciendo la impunidad y la libertad de sus miembros en corto plazo? La respuesta a estas preguntas, sumadas a la infiltración del narcotráfico en esferas de poder (políticas, empresariales, militares y policiales), son a nuestro juicio claves para entender lo que está ocurriendo en nuestra sociedad, donde hechos como éste eran prácticamente imposibles de imaginar. Desde la década de los ’80 mi padre el doctor Marino Vinicio Castillo advirtió a una sociedad incrédula, que hacía mofa de sus denuncias premonitorias, los peligros que se cernían sobre la República.
Hoy, la realidad le da en la cara a esa sociedad que es la nuestra, quedando en muchos casos cortos los alcances de los hechos y peligros anunciados por el doctor Castillo.
El Estado Dominicano tiene que organizar un aparato punitivo especial para enfrentar este crimen internacional que está corroyendo todas las estructuras de la sociedad. Si queremos salvar nuestra convivencia pacífica, el Estado tendrá que endurecer drásticamente toda la política blanda que, en el orden procesal penal, viene implementando. A mi juicio, si no queremos perder nuestro país en corto plazo, será una tarea urgente del nuevo congreso elegido en el día de ayer por seis años, crear una Jurisdicción Nacional Especial contra el Narcotráfico, incluyendo jueces y fiscales dotados de toda la protección y garantía para realizar su difícil tarea.
Ya es hora de que el Presidente Leonel Fernández, el Magistrado Jorge Subero Isa y los líderes del nuevo Congreso entiendan que no hay tiempo que perder con relación a la urgente modificación del Código Procesal Penal en aquellas normas que han demostrado ser en la práctica instrumentos al servicio de peligrosos y violentos criminales ligados al sicariato y a las drogas.
El Estado, igualmente, tendrá que crear cárceles especiales de máxima seguridad para hacer efectiva su lucha contra el narco. Digan lo que digan, no existen en ninguna cárcel de la República Dominicana garantías para preservar la vida de imputados que, en muchos casos, como en aquellas famosas series de Elliot Nest y los Intocables, resultan ser claves en juicios correspondientes al crimen organizado. Igualmente, y en ese mismo sentido, para nadie es un secreto que aún desde la cárcel los personeros de la droga tienen plena libertad de comunicación para dirigir desde ahí sus actividades mafiosas.
Estamos en un punto crucial en esta lucha Estado versus Crimen Organizado del Narcotráfico. No puede haber titubeos ni medias tintas. O se actúa ahora con firmeza y sin contemplaciones, o vamos a multiplicar los lamentos, en el camino del drama que hoy vive México, donde hay una comunidad criminal tan ensoberbecida e impune que se ha permitido desafiar al Estado Mexicano de forma abierta y organizada.
El hecho espantoso ocurrido el viernes en La Francesa es un mensaje que debe ser respondido en los hechos (no con palabras) con toda contundencia por el Estado Dominicano y todas sus instituciones punitivas.
Es la única manera de que el crimen organizado entienda que este tipo de atrevimiento criminal no se va a permitir, caiga quien caiga. El tiempo dirá.
http://www3.listindiario.net/puntos-de-vista/2010/5/16/142273/Estado-versus-crimen-organizado
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