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Aun cuando los adversarios del partido de gobierno atribuyen su ventaja al uso de los recursos del estado, la realidad es que los peledeístas supieron ponerse de acuerdo a tiempo para llevar a cabo una campaña exitosa. La percepción de unidad y la no dispersión de criterios, han sido la piedra angular de esta campaña morada; no sucedió así con sus adversarios, que luego de pasar por una pelea a diez caídas por las posiciones internas del otrora glorioso PRD, se enfrascaron de nuevo en la trifulca de la repartición de los cargos electivos, quedando exhaustos para una guerra electoral con su natural contendor.
El PLD quedará con un completo control político del país, y esperamos que en sus manos no haya dispersión del poder como lo hubo en otros períodos de triste recordación en la década de los 80s. La Nación amerita de unidad de pensamientos y esfuerzos para perseguir las metas de desarrollo necesarias y propias de países civilizados.
El liderazgo que detentará el Partido de la Liberación Dominicana en este próximo período legislativo, debe dar advenimiento a un pacto nacional por el desarrollo integral de toda la Nación Dominicana. Los sitiales civilizados del mundo nos esperan para participar en ellos con dignidad y decoro.
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