Historia del mabí seibano

Andrés Díaz Arriaga - 3/6/2009

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Entre los años 1845-1855, llegaron a Santa Cruz de El Seibo, procedentes de San Cristóbal, los esposos Tomás Duvergé (Papá Tomás) y María Vallejo (Mamá Teté). Tomás era sobrino del general Antonio Duvergé, porque era hijo de una hermana de este llamada Margarita. Por esta razón, el general Duvergé visitaba frecuentemente a El Seibo donde hizo amistad con el general Santana, al cual sirvio de lugarteniente en las primeras batallas por la independencia y luego encabeza triunfos rotundos contra las tropas haitianas. Murió en El Seibo, fusilado.

En El Seibo, Tomás Duvergé y María Vallejo tuvieron una familia de siete hijos: un varón llamado Rumaldo y seis hembras: Guillermina (Chicha), Altagracia, Valentina (Tintina), Dolores, Mercedes y Rufina. Algunas de estas muchachas llegaron a casarse y no tuvieron hijos y otras, como Valentina, se quedó soltera viviendo con su mamá.

Rumaldo tuvo un sola hija que se llamó Anita. Dolores que se casó con un joven curazoleño, que vivía en El Seibo, llamado Tomas Otto Drapee, que murió también en El Seibo, el 31 de diciembre del año 1890.

La unión de Tomas Otto Drapee y Dolores Duverge produjo cinco hijo: tres hembras: Adela, Margarita y Dolores Onecida. Dos varones, Tomas y Ovidio. De este otro grupo de hermanas murieron solteras y otras, aunque se casaron no tuvieron hijos.

Valentina o Tintina, la hija de Tomas Duverge y María Vallejo, quedó soltera viviendo con su mamá que tenia un negocio de refrescos de mamá Teté y su hija Valentina que se hizo famoso ya que dicho producto gozaba de la aceptación de casi todo el mundo. Sobre todo de los viajeros que hacían parada obligada en El Seibo, en su ruta hasta Higüey a venerar la Virgen de la Altagracia. Además, el negocio tenía la ventaja de que estaba en la entrada de la población.

Dicho refresco llamado “Pru” era el deleite de todos, residente o viajero que pasaba por El Seibo y campesinos que visitaban la población. Se servía para tomar a temperatura normal por que no existía el hielo. No se envasaba, se mantenía en barricas de maderas y se servía en tazas, en vasos o en jarros, no existían las botellas. Se endulzaba con melao de caña y a veces con miel de abejas. El azúcar era muy difícil de conseguir, se fabricaba solamente en San Pedro e imposible de traer a El Seibo.

En todas estas condiciones era que se elaboraba y comercializaba el refresco “Pru” que tanto gustaba, en tiempo en que lo fabricaba su creadora Maria Vallejo (Mamá Teté) ha mediado del siglo XIX.

Con el tiempo, como es lo más natural, Mamá Teté envejeció, dejo de trabajar y murió. Pero su hija Minina, que ya tenia años trabajando con ella, de gran talento, fuerza de voluntad, disposición para trabajar incansablemente en el negocio de su madre. La hicieron famosa y más conocida de las Duvergé y de Don Tomas Duvergé en El Seibo.

Tan pronto el azúcar comenzó a llegar con cierta regularidad, Tintina la utilizó para endulzar su refresco, tomando el tipo crema que era el que venia. Cuando aparecieron las botellas, comenzó a embotellarlo y taparlo con tapón de corcho, amarrado fuertemente con un pedazo de gangorra. En esas condiciones seguían llamándolo “Pru” y tomándose a temperatura ambiental.

La popularidad del refresco iba en aumento, Tintina era famosa e toda la región y los viajeros de toda la República que pasaban por El Seibo en su peregrinación a Higüey lo seguían procurando y ahora lo llevaban en sus equipajes ya que se envasaba en botellas bien tapadas. Más y más gente lo fue conociendo en todo el territorio nacional.

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